El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente francés, Emmanuel Macron, afinaron ayer en Malta la alianza de socialdemócratas y liberales ante las negociaciones para el reparto de cargos en la UE tras las últimas elecciones europeas. La presidencia de la Comisión, el Parlamento, el Consejo Europeo y el BCE se renovarán en las próximas semanas y meses, y las condiciones del reparto serán analizadas más a fondo en un Consejo Europeo la semana próxima.

Socialistas y liberales pretenden conformar con los conservadores del PPE una nueva mayoría en la Eurocámara y hacer valer su mayor peso para hacerse con la Comisión, los socialistas, y que los liberales reciban también un cargo de relieve.

Sánchez y Macron participaron en Malta en una cumbre de países del sur de Europa en la que se reunieron con otros cinco líderes comunitarios, los de Italia, Grecia, Portugal, Chipre y el país anfitrión.

En una comparecencia conjunta de los siete líderes, Sánchez pidió a la UE que no se acuerde de África sólo para frenar la inmigración irregular y que la considere como un continente "lleno de oportunidades" con el que hay que estrechar relaciones. España fue el año pasado el mayor receptor de inmigrantes irregulares de la UE, por delante de Grecia y muy por delante de Italia, que ha cerrado sus puertos desde la llegada de la Liga al Gobierno de Roma.

Sánchez avanzó además su intención de defender que el presupuesto de la zona euro, el primero de la historia, cuente con más recursos de los barajados en el acuerdo alcanzado ayer de madrugada por los ministros de Economía y Finanzas del eurogrupo.

Aunque el acuerdo no indica cómo se financiará el presupuesto ni su cuantía, ya que los estados de la zona euro no lograron ponerse de acuerdo al respecto, se estima que rondaría los 17.000 millones de euros a repartir en siete años y entre los 19 países del eurogrupo.

Los líderes de los siete países comunitarios del sur de Europa acordaron además aunar esfuerzos para abordar desafíos como la emergencia climática, especialmente grave para el Mediterráneo, o la consecución de una Europa más social.

Esta Cumbre de los siete países del sur estuvo precedida por las de Atenas, Madrid, Lisboa, Roma y Nicosia, con el objetivo general de que la voz del sur de Europa se oiga y se asegure una representación acorde con su peso en la UER, ya que suman la cuarta parte de los Estados miembros y el 45 por ciento de la población europea.