La previsión de que Reino Unido ya no formaría parte de la UE cuando se celebrasen las euroelecciones del día 26 movió el año pasado al Parlamento Europeo a reajustar sus escaños. La cámara decidió amortizar 46 de los 73 británicos, como reserva para futuras ampliaciones de la UE, y repartir 27 entre estados miembros a los que se considera infrarrepresentados. Así, el número de eurodiputados se reduciría de 751 a 705.

España y Francia fueron los países más beneficiados por la redistribución. Ganaron cinco escaños cada uno, pasando los diputados españoles de 54 a 59. Italia y Holanda ganaron tres; Irlanda sumó dos, y Polonia, Rumanía, Suecia, Austria, Dinamarca, Eslovaquia, Finlandia, Croacia y Estonia, se apuntaron uno. Los otros 13 socios mantenían su representación.

Sin embargo, la decisión británica de concurrir a las elecciones ha dejado la redistribución en suspenso. Pero no anulada, ya que, salvo nueva prórroga, Londres saldrá de la UE el 31 de octubre y entonces habrá de aplicarse la redistribución. La fórmula no ha sido fijada, pero la hipótesis más extendida es que se elegirán los diputados previstos, y los de ampliación quedarán en reserva hasta la salida británica.