La presión dentro y fuera del Gobierno británico para desbloquear la crisis del "Brexit" mediante una dimisión de la primera ministra, Theresa May, no deja de crecer. Hasta el punto que el dominical "The Sunday Times" cifró ayer en once los ministros que planean rebelarse en el Consejo de Ministros de hoy, lunes, para forzar su salida del Ejecutivo. La noticia llegó al día siguiente de que más de un millón de personas se manifestasen el sábado en Londres en demanda de un segundo referéndum.

De acuerdo con el suplemento dominical del "Times", si la líder conservadora se resistiese, entonces serían los ministros quienes presentasen una renuncia en masa y pidiesen su cabeza en una declaración pública.

Suenan con fuerza

Los nombres que suenan con mayor fuerza para suceder a May de modo transitorio son el de su "número dos" en el Ejecutivo, David Lidington, así como los de los ministros de Medio Ambiente, Michael Gove, y de Exteriores, Jeremy Hunt. Tanto Lidington como Gove desmintieron su intención de reemplazar a May y consideraron que la crisis no es inminente. Otras fuentes apuntaron que May no resistirá más allá de diez días.

La BBC aseguró, por su parte, que varios parlamentarios conservadores se plantearían dar su respaldo al Acuerdo de Salida a cambio de una dimisión de May que aleje de sus manos la negociación de la relación futura con la UE. El texto, dos veces rechazado por los Comunes, debe ser sometido a votación y aprobado esta semana si Londres quiere acogerse a una prórroga de la salida hasta el 22 de mayo. Si, como baraja May, no hubiera tercera votación, por miedo a otra derrota, o el texto fuera rechazado, Reino Unido debería decidir antes del 12 de abril si quiere una prórroga larga -que le obligaría a celebrar elecciones europeas en mayo-, una salida sin acuerdo, un segundo referéndum o una retirada de la petición de salida, entre otras posibles opciones, como la permanencia en la unión aduanera o en el mercado único.

De hecho, los Comunes iniciarán hoy, lunes, un debate sobre las alternativas que se someterán a la Cámara en caso de rechazar por tercera vez el Acuerdo de Salida, que podría ser votado el miércoles. La intención es cumplir la exigencia de la UE de presentar una "hoja de ruta" clara junto con la petición de una prórroga larga.

Sin intención

En todo caso, fuentes de Downing Street aseguraron ayer que May no tiene intención de dimitir, pues considera que la misión que aceptó es llevar el proceso hasta el final. Sin embargo, la impresión más extendida en ambientes políticos es que May está completamente carbonizada tras haber perdido dos veces el apoyo de su mayoría de Gobierno, y haberlo hecho además en un asunto tan crucial como el "Brexit".

El ministro de Economía, Philip Hammond, que a diferencia de otros compañeros de gabinete todavía mantiene buena parte de su prestigio intacto, opinó en una entrevista con Sky News que la opción de un segundo referéndum es "perfectamente coherente". Se trata del primer miembro del gabinete de May que defiende en público esta postura, para escándalo e ira de los diputados conservadores euroescépticos.

Para Hammond, el desbloqueo del "Brexit" no precisa una dimisión de May o el acceso de los laboristas al poder en unas elecciones anticipadas sino que el Parlamento aclare cuál es la solución alternativa a la que está dispuesto a dar su apoyo.