Haití, considerado el país más pobre de América, se ha sumido en una grave crisis tras ocho días de protestas violentas, saldadas con al menos una decena de muertos, en las que se reclama la renuncia del presidente, Jovenel Moise, a quien se hace responsable de la pésima situación económica. Moise llegó a la presidencia hace dos años, sin experiencia política, proveniente del sector bananero.

Más de la mitad de los 10 millones de haitianos sobrevive con menos de 2 dólares al día. Las protestas estallaron en medio de una severa recesión, que se agravó este año por una fuerte depreciación del gourde, la moneda oficial, y por la crisis de electricidad derivada de la escasez de gasolina.

Los descontentos también exigen justicia por las supuestas irregularidades gubernamentales en el programa Petrocaribe, a través del cual Venezuela suministra petróleo a este país a precios blandos.

La Embajada de España en Puerto Príncipe recomienda, "ante la situación de inestabilidad" extremar las precauciones y "limitar al máximo los desplazamientos, permanecer en los domicilios y mantenerse informados", en particular quienes residan en Puerto Príncipe.

Las protestas contra el Gobierno, en las que se han coreado peticiones de dimisión del presidente haitiano, Jovenel Moise, se tornaron especialmente violentas el miércoles. Medios locales han informado de ataques contra manifestantes y destrucción de propiedades.