El primer ministro portugués, el socialista António Costa, aprovechó ayer la dimisión del titular de Defensa para realizar una remodelación de su Gobierno y anunciar, además, nuevos ministros de Economía, Cultura y Salud. En la recta final de su mandato, Costa refuerza su Gobierno en un clima político marcado por la carrera electoral para las legislativas del próximo año, los últimos escándalos que han salpicado a las Fuerzas Armadas y las protestas en Sanidad.

La renovación gubernamental -la primera de calado que acomete y, salvo en Defensa, a petición de los propios ministros salientes, según fuentes oficiales- permite a Costa frenar el desgaste por los últimos escándalos que han salpicado a las Fuerzas Armadas y las protestas en Sanidad.

Poco dado a cambios en su equipo, el primer ministro refuerza su Ejecutivo en un clima político marcado por la carrera electoral para las legislativas del próximo año.

Los cambios han tomado por sorpresa a la oposición que, en sus primeras reacciones, ha criticado el momento elegido para la remodelación. La dimisión de José Azeredo Lopes al frente de Defensa, el pasado viernes, era prácticamente inevitable y precipitó la renovación.

Azeredo, sustituido por João Gomes Cravinho, estaba acorralado por el escándalo sobre las irregularidades en la investigación del robo de armas en un arsenal militar y las denuncias de alquileres turísticos de pisos sociales destinados a las Fuerzas Armadas.