Serguei Skripal, el exespía ruso envenenado en marzo en el Reino Unido junto a su hija Yulia, trabajó en los últimos años con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para ayudarle en su lucha contra las mafias rusas que operan en territorio español. Así lo ha explicado el escritor español Fernando Rueda, especialista en espionaje, al diario "The New York Times".

Al parecer, esta colaboración fue una de las causas del fallido intento de envenenamiento del exagente ruso, cuyo caso presenta similitudes con el del espía Alexander Litvinenko, muerto en Londres en 2006 envenenado con polonio radioactivo y que también había colaborado con los servicios de inteligencia españoles.

El intento de asesinato de Skripal fue atribuido esta semana por el Reino Unido a dos agentes de la inteligencia militar rusa (GRU) y, en última instancia, al Gobierno de Moscú y al presidente Putin. Los máximos dirigentes de EE UU, Canadá, Reino Unido, Francia y Alemania firmaron el jueves un comunicado conjunto en el que exigen explicaciones al Kremlin sobre el ataque a Skripal.

Un exjefe policial español citado por el diario explicó que a mediados de los 90 Skripal fue destinado por la GRU a Madrid, donde trabajó de forma encubierta como agregado militar. En esa estancia fue reclutado por Reino Unido, lo que le convir-tió en agente doble y propició su detención por Rusia en 2004. Liberado en 2010 en un intercambio de espías, se instaló en Reino Unido, desde donde viajo varias veces a España para colaborar con el CNI. "No sabíamos cómo operaba" el crimen organizado ruso, dijo el exjefe policial español, quien precisó que Skripal resultó de gran utilidad.

Las autoridades británicas empezaron ayer las labores de descontaminación de la vivienda del exespía ruso, después de que anteriormente ya examinaran otros puntos sensibles en la tranquila localidad de Salisbury, que permanece conmocionada por el crimen cometido en sus calles.