El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró ayer durante una entrevista en la cadena "Fox News" que la economía estadounidense podría colapsarse si, finalmente, se le acusa y se le somete a juicio por haber violado las leyes sobre financiación electoral durante su campaña para las elecciones de 2016."Le diré esto, si alguna vez soy sometido a un 'impeachment' (destitución), creo que el mercado podría colapsarse. Creo que todos podríamos ser más pobres", aseguró el mandatario.

El magnate profirió esta advertencia escasas horas después de que su exabogado y otrora hombre de máxima confianza, Michael Cohen, se declarara culpable de haber utilizado dinero de la campaña electoral de Trump para comprar el silencio de la actriz porno Stormy Daniels y de la modelo de "Playboy" Karen McDougal, con las que el actual inquilino de la Casa Blanca habría mantenido relaciones sexuales.

Debido a que estos pagos tenían la intención de influir en el resultado de las elecciones, se considera que infligieron las leyes estadounidenses que rigen las contribuciones de las campañas. Además, Cohen aseguró que tales pagos se hicieron "en coordinación y bajo la dirección de un candidato a la oficina federal", en una clara alusión a Trump, quien negó estos hechos y acusó a su exabogado de "inventar historias" para lograr un trato de favor.

El magnate tuvo que reconocer, no obstante, que los pagos a esas mujeres sí se efectuaron, pero explicó que el dinero no procedía de los fondos para su campaña electoral, sino de su propio bolsillo. Sin embargo, la estrategia por parte de Cohen de colaborar con los investigadores a cambio de una reducción sustancial de su condena podría seguir dando problemas al presidente en otro de sus frentes, el de la denominada trama rusa.

Cohen ya declaró en julio que Trump tenía conocimiento previo de una reunión celebrada en junio de 2016 entre integrantes de su equipo de campaña y funcionarios rusos, quienes le habrían prometido información comprometedora sobre su rival en los comicios presidenciales, Hillary Clinton. Ahora podría añadir más datos.

Pero este no fue el único varapalo que recibió el martes el presidente estadounidense. Ese mismo día su exjefe de campaña, Paul Manafort, fue condenado por fraude fiscal y bancario en el primer caso enviado a juicio por el fiscal especial Robert Mueller, que investiga la intromisión rusa en las elecciones de 2016.

A diferencia de Cohen, Manafort descartó cualquier acuerdo con la Fiscalía y se sometió a juicio, en una arriesgada estrategia con la que podría estar persiguiendo el indulto del presidente.

Pese a que la investigación federal arrincona cada vez más al actual inquilino de la Casa Blanca y acerca la posibilidad de un "impeachment" o destitución, Trump esgrimió la favorable situación económica que atraviesa actualmente EE UU en su defensa. "No sé cómo se puede someter a un 'impeachment' a alguien que ha hecho un gran trabajo", aseguró el mandatario, a la vez que afirmó que el país estaría peor con Hillary Clinton.

Pero los frentes que se abren contra el Gobierno de Trump no son únicamente internos. En un nuevo capítulo de su guerra comercial con Pekín, Washington impuso ayer aranceles del 25% a un total de 279 productos chinos por valor de 16.000 millones de dólares. Una medida a la que el país asiático respondió de forma proporcional, imponiendo gravámenes por el mismo montante sobre bienes estadounidenses como la soja, el bourbon y las motos Harley-Davidson, mientras los aranceles que ambos países se infligen mutuamente alcanzan ya los 100.000 millones de dólares.