La UE confirmó ayer en Luxemburgo que se encuentra muy lejos de poder alcanzar un acuerdo para reformar el inoperante sistema europeo de asilo, inmerso en una ya larga negociación complicada por la llegada al poder en Italia del gobierno de coalición entre M5S y Liga, que rechaza que el país transalpino se convierta en "el campo de refugiados de Europa".

Los ministros del Interior europeos, reunidos en la capital del Gran Ducado, exhibieron profundas diferencias al intentar pronunciarse sobre una propuesta de consenso presentada por la presidencia semestral búlgara para intentar reconciliar las posiciones entre los partidarios de sistemas de cuotas para reubicar a los peticionarios y quienes, como Hungría, se niegan de plano.

Italia reclama superar el llamado "Reglamento de Dublín", que impone la obligación de que las solicitudes de asilo se tramiten en el primer país comunitario al que llegue el peticionario. El nuevo gobierno de Giuseppe Conte reclama un sistema "automático" y "obligatorio" de reparto de los solicitantes entre los países comunitarios, tal y como refrendó ayer de nuevo en su discurso de petición de confianza al Senado italiano.

Conte, que pronunció un discurso basado en la lucha contra el "negocio" de la inmigración, la reactivación del crecimiento y la apertura hacia Rusia, defendió el "populismo" en su alocución. "Si populismo significa ser capaces de escuchar las necesidades de la gente, entonces lo reivindicamos", afirmó flanqueado por sus dos viceprimeros ministros, Luigi di Maio, líder del antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y Matteo Salvini, de la ultranacionalista Liga.

Conte obtuvo la confianza del Senado con 171 votos a favor, 117 en contra y 25 abstenciones.

El M5S y la Liga juntos tienen mayoría en ambas cámaras, por lo que se da por descontado que hoy este Ejecutivo será investido en la Cámara de los Diputados y comenzará ya a trabajar para impulsar las medidas que ha prometido a sus electores.