Donald Trump planea lanzar un nuevo decreto migratorio, pero sus enviados a Europa intentaron ayer presentarlo como menos nocivo que el anterior. Así, el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, garantizó que la nueva orden ejecutiva del presidente de EE UU será una versión "más ajustada" de la primera, que no dejará varado a nadie en los aeropuertos.

Presente, como Mike Pence, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Kelly adelantó que la nueva orden garantizará, por ejemplo, que si una persona está en tránsito hacia EE UU, en otro país o volando, cuando llegue podrá entrar en territorio estadounidense. Y al preguntársele si de ello se podía seguir que quienes posean un permiso de residencia permanente ("green card") podrán entrar sin problemas en el país, Kelly contestó que era "una buena suposición".

No dio más detalles, pero subrayó que el objetivo de la orden es estudiar si los siete países de mayoría musulmana afectados (Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Irán y Yemen) son "fiables". "Y no lo son mucho", agregó.

Por otra parte, Trump acusó a los medios de comunicación de ser "el enemigo del pueblo", con lo que culminó su particular semana de ataques a la prensa.

"Los medios con noticias falsas (el fallido 'The New York Times', NBC, ABC, CBS, CNN) no son mi enemigo, son el enemigo del pueblo estadounidense", afirmó en Twitter.

Aunque el mandatario ha tenido a los medios de comunicación entre ceja y ceja porque considera que no cubrieron objetivamente su campaña a la Casa Blanca, es la primera vez que utiliza un término con connotaciones belicistas como "enemigo".

El rotativo neoyorquino directamente aludido tuvo que remontarse a la Presidencia de Richard Nixon (1969-1974) para encontrar un mandatario que calificase de "enemigo" al cuarto poder.