La negociación entre Reino Unido y la UE para evitar una salida de Londres de la Unión entró ayer en su recta final con una visita del primer ministro británico, David Cameron, a Bruselas en la que se hicieron patentes las dificultades para impedir el llamado "Brexit". Cameron mantuvo una "difícil" reunión, según fuentes comunitarias, con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, antes de recibir mañana, domingo, en Londres al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Ambas partes pretenden cerrar un acuerdo en la próxima cumbre europea, prevista para los días 18 y 19 de febrero. Solo si se alcanza un entendimiento el Gobierno de Cameron defenderá ante el electorado británico el voto afirmativo en el referéndum sobre la permanencia en la UE, que Londres quiere celebrar antes del próximo otoño aunque su compromiso es antes de que finalice 2017.

Las exigencias británicas son cuatro: reconocimiento de que el euro no es la única divisa de la UE, simplificación de la legislación comunitaria para aumentar la competitividad, freno a la cesión de soberanía en favor de Bruselas y barreras a la inmigración de origen comunitario en Reino Unido.

De ellas, esta última, que contraviene la libre circulación de trabajadores, es la que plantea los problemas más graves. Londres pretende que los ciudadanos comunitarios tengan que residir y pagar impuestos en Reino Unido cuatro años antes de optar a ayudas sociales, lo que es inaceptable para numerosos socios comunitarios.

Para acercar posiciones, la UE propone un mecanismo de emergencia por el que, si un país miembro demuestra que su sistema social soporta una carga imposible de asumir, Bruselas pueda activarse un "freno de emergencia". La propuesta es rechazada de plano tanto por las fuerzas británicas partidarias del "Brexit" como por países comunitarios, con Polonia a la cabeza.

El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, que también se entrevistó ayer con Cameron, admitió la dificultad de la negociación, aunque aseguró que se dan avances y anunció que habrá "cierto suspense" hasta el lunes, día en el que se pondrá sobre la mesa el texto definitivo. Para Schulz, aún es "prematuro" sacar conclusiones sobre el desenlace del diálogo.

Cameron calificó de "interesantes" las respuestas de Bruselas a sus peticiones de reforma en materia de inmigración, aunque dijo que todavía queda "un largo camino por recorrer" en la negociación.