La madre de Bilal Hadfi, uno de los suicidas del Estadio de Francia, expresó diez días antes de los atentados su temor a que su hijo de 20 años fuera a "estallar de un día a otro", al describirle como una "olla a presión", informó ayer el diario "La Libre Belgique".

Hadfi, estudiante de electricidad, era el menor de los hermanos. Su padre falleció hace ocho años y está enterrado en Marruecos. Tenía dos hermanos y una hermana. De nacionalidad gala, vivía con su familia hacía años en Bélgica.

El pasado 15 de febrero el joven dejó el hogar rumbo a Siria, aunque a su familia le dijo que iba a Marruecos a "recargar pilas" y visitar la tumba de su padre. La madre, de nombre Fatima, relató al diario que un día antes del viaje su hijo visitó por última vez la casa familiar pero no se comportó como siempre. Tenía "los ojos rojos y me abrazó", dijo. Fátima está convencida de que él "sabía que era un viaje sin regreso".

La madre de Hadfi dijo desconocer con qué personas se relacionaba su hijo menor, pero sí detectó cambios en su comportamiento, porque dejó "de fumar tabaco y hachís un mes antes (del viaje), y comenzó a ayunar lunes y jueves para pedir perdón a Dios". A Fatima le pareció "positivo" que dejase las drogas y se arrepintiera.