Las protestas en Baltimore (Maryland) se extendieron ayer a la ciudad de Ferguson (Misuri), donde al menos dos personas fueron heridas de bala de madrugada, cuando cientos de personas salieron a la calle en solidaridad con los manifestantes de la población que ha cogido el testigo de la denuncia de la brutalidad de la Policía estadounidense.

Según informó el diario "St. Louis Post-Dispatch", los tiroteos en Ferguson tuvieron lugar cerca del cruce de las calles West Florissant y Canfield, escenario el pasado año de enfrentamientos con la Policía y disturbios desatados por la muerte del joven Michael Brown, acribillado a tiros por un policía blanco.

Tras la muerte de Brown, Ferguson se convirtió en agosto pasado en el epicentro de una ola de protestas en todo el país en contra del abuso policial y la desproporcionada persecución de los jóvenes afroamericanos por parte de las fuerzas policiales. Mientras tanto, Baltimore vivió el martes por la noche (madrugada de ayer en España) su segunda noche de enfrentamientos violentos entre policías y manifestantes; y ello a pesar del toque de queda que había entrado en vigor pocas horas antes.

Aunque no se llegó a vivir el clima de violencia generalizada del lunes tras el funeral por el joven Freddie Gray, la Policía informó de enfrentamientos en algunas zonas de la ciudad. En esos puntos, los manifestantes lanzaron objetos contra los agentes y éstos respondieron con el lanzamiento de gas pimienta. Los choques del martes acabaron con diez detenciones, la mayoría de ellas por no respetar el toque de queda, informó el jefe de Policía, Anthony Batts. Horas antes, la Policía había calificado la situación de "estable" y bajo control.

Entre tanto, un abogado denunció la muerte el pasado fin de semana de Héctor Morejón, un hispano de 19 años, a causa de los disparos de un agente de Policía de Long Beach, una ciudad del condado de Los Angeles.