La canciller alemana, Angela Merkel, recibió ayer al nuevo Gobierno francés con una exigencia: que cumpla el Pacto de Estabilidad. Sin embargo, en la primera reunión del gabinete que dirige Manuel Valls, el presidente galo, François Hollande, reclamó al nuevo equipo ejecutivo que promueva en los próximos tres años un crecimiento "duradero", sin descuidar por ello la "justicia social".

El portavoz del Gobierno germano, Steffen Seibert, deseó "fuerza" a Valls ante los retos que le esperan, pero no desaprovechó la oportunidad de recordarle que Berlín confía en que "Francia se ceñirá a sus deberes con el Pacto de Estabilidad y que es consciente de su responsabilidad con el buen funcionamiento de este".

El portavoz leyó un mensaje de felicitación de la canciller a Valls, en el que se subraya la profunda amistad y estrecha colaboración entre Francia y Alemania.

Pocas horas antes, en París, había tenido lugar el primer Consejo de Ministros presidido por Valls. En él, Hollande reconoció que "las reformas necesitan tiempo para producir sus efectos", pero pidió al nuevo Gobierno que vaya "más rápido". Y añadió: "No se trata tanto de legislar como de responder con rapidez a las expectativas de nuestros ciudadanos".

Tras la debacle electoral de los socialistas en la segunda vuelta de las municipales, el pasado domingo, Hollande volvió a decir que el nuevo Ejecutivo es un equipo "de combate" contra "el fatalismo, la resignación" y "la desconfianza".

El presidente francés admitió que su país, y toda Europa, se halla "inmersa en una batalla económica que nos obliga a ser más competitivos, más solidarios y más innovadores". Pero las reformas que es preciso hacer para lograr tales objetivos pasan por que los franceses comprendan "el sentido que tienen los esfuerzos que les pedimos".

Así las cosas, Hollande retó a Valls a alcanzar en los próximos tres años un "crecimiento duradero" para conseguir "más competitividad, más inversión, para crear más empleo". Llamó a esto "el espíritu del pacto de responsabilidad: menos cargas sociales para las empresas y, en contrapartida, más contrataciones". Pero ese pacto debe tener el complemento de un "pacto de solidaridad", que obliga al Gobierno a "actuar para responder a la exigencia de justicia social". Y su primer pilar es "la educación y la formación de los jóvenes", anunció el presidente de la República.

Valls fijará sus prioridades durante el discurso de investidura que pronunciará ante los diputados el próximo martes, seguido del voto de una moción de confianza.

Pasarán por la recuperación económica, por el refuerzo de las políticas de solidaridad -esencialmente la educación, la sanidad y la mejora del poder adquisitivo de los franceses-, y por la llamada "transición energética", destinada a incrementar las renovables.