En un encuentro con periodistas al término de la reunión semanal del Gabinete, Al Louzi apuntó que "el Estado y el Gobierno rechazan de forma categórica aceptar cualquier condición a la entrega de los rehenes en perfecto estado".

El matrimonio neerlandés fue capturado el pasado 31 de marzo por miembros de la tribu Al Faray en un barrio al sur de la capital y fueron trasladados a la zona montañosa de Bani Debiyán, 80 kilómetros al oeste.

El ministro señaló que su Ejecutivo y los negociadores involucrados tienen como prioridad la integridad de los secuestrados, e indicó que los culpables "acabarán ante la Justicia".

Los secuestradores dijeron a Efe en una conversación telefónica el pasado día 1 de abril que el objetivo del rapto es que las autoridades yemeníes lleven ante la Justicia a dos responsables policiales por un ataque contra miembros de su tribu.

Los rehenes son un experto holandés que trabaja en un proyecto hídrico gubernamental en el sur del país y su esposa.

El secuestro de extranjeros se ha vuelto un fenómeno común en Yemen, para presionar a las autoridades para que cumplan determinadas demandas de las comunidades tribales.