Corea del Norte llevó a cabo ayer el previsto lanzamiento de un cohete de largo alcance, elevando la tensión con los vecinos Seúl y Tokio, que lo consideran un acto de provocación que tendrá consecuencias. Los radares japoneses, surcoreanos y rusos confirmaron que el proyectil despegó de la base norcoreana de Musudan-ri, en la costa noreste del país, siguiendo la trayectoria prevista y atravesó Japón sin ser interceptado.

Rusia y Corea del Sur aseguraron que el cohete portaba un satélite, tal y como había anunciado Corea del Norte, pero Seúl afirmó que no logró alcanzar la órbita. Según la agencia norcoreana KNCA, el lanzamiento duró 9 minutos y dos segundos, hasta que el cohete consiguió colocar en trayectoria orbital el satélite de comunicaciones Kwangmyongsong-2.

El Gobierno surcoreano dijo desde que creía que el cohete lanzado por Pyongyang llevaría un satélite, aunque a última hora aseguró que parece no haber sido puesto en órbita. El presidente surcoreano, Lee Myung-bak, se reunió con el Consejo de Seguridad Nacional para responder a la “provocación” norcoreana, criticada por ser un paso más en el desarrollo de su programa de misiles de largo alcance.

Japón, que se encontraba en alerta desde el sábado cuando daba comienzo el margen de cinco días programado por Pyongyang para lanzar su cohete, no interceptó el proyectil tal y como había advertido.

El ministro surcoreano de Defensa, Lee Sang Hee, indicó que, “por lo que sabemos, tanto la primera como la segunda y la tercera fase del cohete cayeron al Océano, por lo que no se ha puesto nada en órbita”. No obstante, los medios surcoreanos aseguraron que el desarrollo de cohetes de Corea del Norte ha alcanzado un gran progreso, ya que ha conseguido superar el alcance de anteriores intentos.

Estados Unidos, Japón y Corea del Sur criticaron el lanzamiento, ya que ayudará al régimen comunista al desarrollo de misiles de largo alcance y por lo tanto supone una violación de la resolución 1718 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Con este objetivo, los tres países se mostraron de acuerdo en convocar de manera urgente al Consejo de Seguridad, a petición de Japón, para imponer sanciones al régimen norcoreano por incumplir la resolución que le obliga a detener su desarrollo de misiles balísticos. Los tres aliados también coincidieron en calificar de “provocación” el acto de Corea del Norte.

Naciones Unidas aprobó en octubre de 2006, tras un ensayo nuclear de Corea del Norte, la resolución 1718, en la que se señala que el país debe abstenerse de toda actividad relacionada con su programa de capacidades balísticas.