"Condenamos los abusos y la injustificada dureza de la política interior del régimen soviético, pero no podemos aceptar los intentos de equiparar el comunismo al nazismo y la tesis de que ambos tenían los mismos móviles y objetivos", declaró la Cancillería rusa.

El Kremlin reaccionó así a una documento emitido por Bush con motivo de la "Semana de los pueblos sojuzgados" en el que califica a las ideologías nazi y comunista como un "mal común del siglo XX".

Moscú indicó que "la URSS hizo la aportación decisiva a la derrota del fascismo" en la Segunda Guerra Mundial y que las palabras de Bush "hieren" a todos los veteranos, inclusive norteamericanos, que lucharon contra la Alemania nazi.

"Sea cual sea la actitud del presidente estadounidense hacia la Unión Soviética y la ideología comunista, (...) desde los puntos de vista histórico y humano esos paralelismos norteamericanos no resisten las críticas", señala el comunicado de la Cancillería.

Añade que Bush solo anima así a los países que buscan "falsificar los hechos y reescribir la historia", en alusión a los tres Estados bálticos, que denuncian que su "liberación" de los nazis por el Ejército Rojo les condenó a medio siglo de "ocupación soviética".

La nota afirma, al mismo tiempo, que la nueva "Rusia democrática, libre de los estereotipos del pasado", ya ha dado su "valoración objetiva" al pasado soviético.

El ex presidente y actual primer ministro ruso, Vladímir Putin, en su día calificó la caída de la URSS como la "mayor catástrofe geopolítica del siglo XX", mientras la prensa liberal denuncia que precisamente la falta de una condena oficial de los crímenes del comunismo ha favorecido la "neosovietización" de la sociedad rusa.

Ayer mismo, el Patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Rusa, cercana al poder, instó al Kremlin a "condenar al régimen bolchevique" para que otros países no puedan poner el signo de igualdad entre el pueblo ruso y los crímenes del comunismo.

"Nosotros mismos en Rusia debemos aclarar nuestra actitud hacia el régimen bolchevique, que usurpó el poder y condenó a su propio pueblo a penosos sufrimientos, y hacia sus símbolos", declaró a una emisora de radio el jefe adjunto del departamento de Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado, Vsévolod Chaplin.

El religioso afirmó que "hay que quitar las estrellas rojas de las torres del Kremlin", retirar de la plaza Roja el mausoleo de Lenin y las tumbas de jerarcas soviéticos y "limpiar las ciudades rusas de los monumentos a los criminales líderes bolcheviques".

"Cuando valoremos nosotros mismos los crímenes del período soviético, dejaremos sin argumentos a aquellos que ponen el signo de igualdad entre el pueblo ruso y los abusos del pasado comunista", enfatizó el padre Chaplin.