Las fotos que recogen la indiferencia de algunos bañistas ante los cadáveres de dos niñas gitanas en un playa cercana a Nápoles (sur de Italia) causaron ayer estupor en el país y las críticas del arzobispo de la ciudad, Crescenzo Sepe.

La prensa italiana publicó ayer las fotos en las que se ve a dos personas que toman el sol a pocos metros de los cadáveres, cubiertos por unas toallas de playa, de Cristina y Violeta, de 11 y 13 años, que se ahogaron el pasado 19 de julio tras ser arrastradas por la olas.

"Éstas son las imágenes de nuestra ciudad que no querríamos ver nunca", afirmó el arzobispo Sepe, quien consideró que la idea que dan estas instantáneas sobre Nápoles es peor que la que dio la vuelta al mundo a causa de la crisis de las basuras que inundaban las calles de la provincia.

El cardenal añadió que "mirar hacia otra parte o pasar del tema puede ser más devastador que los acontecimientos".