El presidente colombiano, Álvaro Uribe, invitó ayer a la guerrilla de las FARC a que libere a todos los secuestrados que todavía tiene en su poder como punto de partida para una negociación de paz.

En una alocución en cadena de radio y televisión, Uribe dijo que las FARC deben entender que "la política de seguridad democrática no es un fin en sí mismo sino un camino a la paz total".

"Esa es la invitación a las FARC para que hagan la paz. Hemos mantenido siempre la disposición, que empiecen liberando a los secuestrados que aún tienen en su poder", dijo el presidente.

Uribe se dirigió al país para comentar el rescate de quince secuestrados que pasaron años en manos de las FARC, entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y once militares y policías.

El presidente compareció en un salón de la Casa de Nariño flanqueado a su derecha por doce de los liberados -ya que los estadounidenses Thomas Howes, Keith Stansell y Marc Gonsalves regresaron ayer mismo a su país-, que vestían todavía las ropas con las que llegaron a Bogotá, y a la izquierda por el gabinete en pleno y el mando militar.

Uribe mencionó a todos y cada uno de los liberados y abundó en elogios para su ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, y para la cúpula militar, pero también recordó la muerte de otros cautivos en operaciones de rescate. Subrayó que el país no ha olvidado nunca a los secuestrados y prometió que seguirá luchando hasta que todos los cautivos sean liberados.

"No los olvidamos un día. A las familias de quienes siguen secuestrados, nuestro compromiso, no los olvidaremos ni un momento hasta que todos regresen a la libertad", enfatizó.

Los liberados ayer formaban parte del grupo de 40 políticos, extranjeros, policías y militares que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han pretendido durante años canjear por unos 500 guerrilleros presos. El presidente dijo que la "Operación Jaque", que condujo al rescate de los cautivos en una zona selvática entre los departamentos de Guaviare y Vaupés, "fue un operativo de perseverancia que ha probado la inteligencia de los colombianos".

Destacó que cuando el helicóptero usado en la operación levantó vuelo con los quince secuestrados y dos rebeldes que los custodiaban, "no se disparó contra los guerrilleros" que quedaron en tierra, que el general Mario Montoya, comandante del Ejército, calculó en unos 60.