Los Gobiernos español y portugués creen que el Tratado de Lisboa es demasiado importante como para que un solo país lo paralice y confían en que Europa siga avanzando pese al "no" registrado en el referéndum en Irlanda.

Esa es la idea que han querido transmitir desde Zaragoza la vicepresidenta primera del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, y el presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva, durante sus visitas a la Expo 2008.

De la Vega interpreta que el rechazo del Tratado de Lisboa por parte de los irlandeses en referéndum es "una dificultad más que habrá que superar", desde el convencimiento de que la UE no puede ir hacia atrás por un solo país.

"Juntos somos más", enfatizó la vicepresidenta española, porque, a su entender, la solución pasa por "sumar voces y unir voluntades", algo que Europa lleva décadas haciendo y que ha permitido avanzar en la unión "a pesar de dificultades".

Una responsabilidad que Portugal también quiere asumir, según su presidente, para quien el Tratado de Lisboa es "demasiado importante" para la UE y para los europeos.

Cavaco Silva opina que los tratados internacionales no deberían ser sometidos a referendos nacionales, puesto que los ciudadanos los utilizan, en muchos casos, para castigar a sus gobiernos por políticas internas, algo que, a su juicio, ha ocurrido en Irlanda.