Richardson, que mantuvo una reunión de más de hora y media con el gobernante venezolano, calificó de "productivo" y "positivo" el encuentro, en el que estuvieron presentes el embajador de EEUU en Venezuela, Patrick Duddy, y el canciller venezolano, Nicolás Maduro.

"Simplemente estoy optimista en que podemos reanudar las discusiones sobre el acuerdo humanitario", dijo, a su salida del Palacio presidencial de Miraflores, donde se celebró la reunión.

El gobernador del Partido Demócrata, en breves declaraciones a la prensa, manifestó que Chávez le había dicho que está "dispuesto a ayudar" para reanudar el camino del acuerdo.

Asimismo, destacó que su único interés son los rehenes en manos de la guerrilla de las FARC: los tres estadounidenses, pero también la ex candidata presidencial colombo-francesa Ingrid Betancourt y "los más de 400 colombianos".

Todos "son rehenes" y "todos merecen estar libres", dijo Richardson, quien habló en español y en inglés con la prensa.

El gobernador de Nuevo México insistió en que él no era "un enviado del Gobierno de EEUU", ni de la Organización de Estados Americanos (OEA), sino "un enviado de los familiares" de los secuestrados, y no sólo de los secuestrados estadounidenses.

Agradeció la atención del Gobierno venezolano, especialmente del canciller Maduro, así como la del embajador estadounidense, y afirmó que regresa a EEUU con el propósito de "tratar de ayudar" en la vía del acuerdo que permita un canje humanitario.

Richardson señaló que se reunió recientemente con el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, quien, dijo, "también está dispuesto a ayudar", y que ha hablado con las autoridades francesas.

El Gobierno estadounidense "quiere movimiento" respecto a la liberación de los rehenes, comentó asimismo el gobernador, quien se declaró especialmente preocupado por la salud de Ingrid Betancourt.

Richardson indicó que iba a hablar también con la senadora colombiana Piedad Córdoba, quien, al igual que Chávez, fue suspendida el pasado mes de noviembre por Uribe en su papel de mediadora para un canje humanitario entre rehenes y guerrilleros presos.

El gobernador estadounidense no dio detalles sobre qué tipo de ayuda podría prestar Chávez para reactivar los contactos.

En declaraciones unas horas antes, el presidente venezolano había indicado que no sabía si podría ayudar a alcanzar los objetivos planteados por Richardson.

"No sé si podré seguir ayudando en este tema, porque para ayudar hace falta que las partes que están en el problema acepten la ayuda", dijo Chávez en referencia al veto de Bogotá para que desempeñe un papel mediador.

Los tres estadounidenses por cuya libertad aboga Richardson fueron capturados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cuando cayó el avión en el que efectuaban un rastreo electrónico en las selvas del sur de Colombia.

En enero y febrero, la guerrilla colombiana liberó a seis de sus rehenes de forma unilateral y los entregó a Chávez en "desagravio" por haber sido apartado de la mediación por el presidente colombiano.

Las ya deterioradas relaciones entre Bogotá y Caracas sufrieron un nuevo colapso en marzo tras el ataque militar colombiano contra un campamento de las FARC en territorio de Ecuador, en el que murieron 26 personas, entre ellas el portavoz de la guerrilla "Raúl Reyes", un ecuatoriano y cuatro universitarios mexicanos.

La crisis entró en vía de solución tras la cumbre del Grupo de Río el mes pasado en Santo Domingo, pero las FARC advirtieron de que no harán más liberaciones unilaterales.

Además, reiteraron su exigencia a Uribe, que la rechaza, de que desmilitarice los municipios de Pradera y Florida para negociar un canje humanitario de 39 rehenes -entre los que están los tres estadounidenses- por unos 500 guerrilleros presos.

La visita a Caracas del gobernador de Nuevo México ha tenido lugar días antes del anunciado viaje del ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, a Colombia, Ecuador y Venezuela la semana próxima.

Kouchner abordará con sus interlocutores la "urgencia de una solución humanitaria" que lleve a la liberación de los rehenes de las FARC, incluida Ingrid Betancourt, tras el fracaso de la misión enviada por Francia, España y Suiza a Colombia para tratar de contactar con la guerrilla.