El anuncio efectuado ayer por el ultraderechista Jean-Marie Le Pen de que ha logrado las 500 firmas de alcaldes necesarias para competir por la Presidencia francesa elimina una incertidumbre que planeaba sobre la campaña, dominada por el auge del centrista François Bayrou. Tras semanas de agitar el fantasma de un supuesto boicot, apoyado por un pirateo informático real en la sede de su partido y una hábil mediatización de victimismo, Le Pen rompió el suspense a tan sólo dos días de que concluya el plazo para depositar las rúbricas.

"He presentado 535" firmas en total, precisó Le Pen a la salida del Consejo Constitucional, rodeado de una nube de periodistas. Triunfante, el líder ultraderechista insistió en que ha sido objeto de "una ofensiva deliberada y organizada de sabotaje".

Y no faltaron los agradecimientos, especialmente a "todos los que han contribuido con sus acciones o sus declaraciones a animar a los alcaldes" a darle su firma, en alusión al candidato conservador y ministro francés de Interior, Nicolas Sarkozy.

La semana pasada, Sarkozy dijo que lucharía para que Le Pen y el ultraizquierdista Olivier Besancenot pudieran ser candidatos.

Firma de diputado

Pero el consejero político de Sarkozy, François Fillon, se apresuró a dejar claro que la conservadora y gobernante Unión por un Movimiento Popular (UMP), que preside el ministro de Interior, no ha ayudado a Le Pen.

Y para rizar el rizo, el líder ultraderechista anunció ayer que dará su firma de diputado europeo al gaullista Nicolas Dupont-Aignan. Para poder presentarse a las Presidenciales, un candidato necesita 500 apadrinamientos firmados de electos (alcaldes, consejeros regionales y departamentales o parlamentarios).