Cada Mundial está lleno de grandes sorpresas cuyo recuerdo perdura con el paso de los años. Gestas deportivas que corroboran uno de los tópicos más viejos del fútbol. Porque "no hay rival pequeño", y en una Copa del Mundo, menos. Desde el sonado 'Maracanazo' de la Uruguay de Schiaffino y Ghiggia en 1950 a las eliminaciones en la fase de grupos de muchos favoritos por dejarse puntos contra selecciones muy inferiores sobre el papel. Algunos ejemplos más o menos recientes son el de Francia, en 2002, que se quedó fuera tras perder contra Senegal; o el de Alemania en 2018, derrotada por Corea del Sur.

Pero el de Catar va camino de convertirse en el Mundial de las sorpresas por excelencia. En la primera semana de competición dos selecciones con las que nadie contaba le han pegado un severo revolcón a dos favoritas. Arabia Saudí y Japón dieron la campanada al ganar a Argentina y Alemania. Dos favoritas a levantar el trofeo el próximo 18 de diciembre que ahora ven peligrar su clasificación para los octavos de final.

Y ayer un gallego estuvo cerca de dar otra machada. Sucedió en el último encuentro del día. Debutaba en el estadio de Lusail la gran favorita siempre que hay un Mundial en juego. La pentacampeona Brasil de Neymar Jr. se estrenaba en Catar frente a Serbia, un rival que resultó ser muy duro de roer. Los balcánicos resistieron más de una hora el asedio de la 'verdeamarela' a base de intensidad, orden y acierto defensivo. Toda la seguridad del rocoso conjunto serbio partía en su portería, donde un gallego se hizo inmenso frente a Raphinha, Vinicius, Neymar, Richarlison y compañía. Porque Vanja Milinković-Savić, arquero de Serbia, es ourensano.

El enorme portero del Torino nació en Ourense hace 25 años cuando su padre, Nikola Milinković, jugaba en el Chaves de la liga portuguesa pero residía en Verín, al otro lado de la frontera. Tanto le gustó Galicia a su padre que al año siguiente firmó por el Club Deportivo Ourense. Los de O Couto, en la 98-99, jugaban en Segunda División y Milinković fue uno de sus delanteros. Al año siguiente hizo las maletas de nuevo a Portugal. Se marchó al Alverca para dejar atrás su periplo por tierras gallegas.

Nikola Milinkovic, con el 17, en un entrenamiento con el C.D. Ourense Iñaki Osorio

También vivió en Ourense otro de los jugadores del conjunto serbio. Sergej Milinković-Savić, estrella de la Lazio y de su selección, nació dos años antes que Vanja en Lleida y se mudó a Galicia con el resto de su familia. Los hermanos Milinković-Savić llevan el deporte en la sangre. Su madre, Milijana Savić, fue jugadora de baloncesto y llegó a disputar la Euroliga femenina.

La actuación de Vanja Milinković-Savić frente a Brasil

Los analistas no incluían a Vanja Milinković-Savić como titular de Serbia en el Mundial. El portero del Torino partía como teórico tercer portero de su combinado nacional por detrás de Marko Dmitrović (Sevilla) y Predrag Rajković (Mallorca). Pero finalmente su entrenador, Dragan Stojković, decidió colocar a Vanja bajo palos. Y al portero nacido en Ourense no le tembló el pulso a pesar de tener enfrente a una constelación de estrellas brasileñas. Hizo un total de seis paradas y desesperó a Raphinha, extremo del Barça, al que le superó en dos mano a mano. Fue el pilar sobre el que se sostuvo la muralla de Serbia hasta que en el minuto 62 Richarlison cazó un rechace del propio portero para abrir la lata. A partir de ese momento los balcánicos se fueron con todo arriba en busca del empate, pero los cambios de su entrenador descompensaron al equipo y quedaron muchos espacios. Un contexto de intercambio de golpes que favoreció a Brasil, que poco después anotó el segundo tanto, nuevamente de Richarlison, que se inventó el gol más bonito en lo que va de torneo.

El segundo gallego en Catar

Aunque la selección española de Luis Enrique no haya convocado a ningún futbolista gallego —pese a que Borja Iglesias, Joselu Mato, Iago Aspas y Brais Méndez son los máximo artilleros nacionales de LaLiga—, sí que hay representación de la tierra de Breogán en el Mundial. Además del serbio-ourensano Vanja Milinković-Savić, también está Ricardo Rodríguez, un clásico de la selección de Suiza. El lateral helvético fue titular ayer frente a Camerún y sus raíces en la provincia de Pontevedra son más que conocidas en Crecente. Su padre, José Rodríguez, emigró a Suiza hace más de tres décadas y allí formó su familia. El ya veterano Ricardo Rodríguez, que casualmente milita en el Torino junto a Milinković-Savić, es el segundo gallego en el Mundial.