BARCELONA 1 - 3 ATLÉTICO DE MADRID

David Álvarez / barcelona

Fernando Torres, autor de dos tantos en el Camp Nou tal y como ya hizo la pasada temporada, impidió que el Barcelona igualase la mejor racha de victorias consecutivas en la Liga y mantuvo al Atlético de Madrid como único equipo que esta temporada ha sido capaz de derrotar en este torneo al conjunto de Frank Rijkaard.

Torres inauguró el marcador en la primera parte, el argentino Maxi Rodríguez aumentó la ventaja tras el descanso, el sueco Henrik Larsson le puso emoción al partido y el capitán, con un nuevo gol, sentenció el triunfo de los suyos.

Al Barcelona se le acabó la racha, tras catorce victorias, y, aunque su ventaja al frente de la clasificación es de nueve puntos sobre el Valencia, su visita de la próxima jornada a Mestalla y la reciente eliminación copera a manos del Zaragoza han debilitado su moral.

Las bajas han tenido mucho que ver en este cambio de imagen de los barcelonistas, que ante el Atlético actuaron sin el camerunés Samuel Eto'o, los brasileños Ronaldinho, Edmilson, Belletti y Motta, ni Xavi.

Frank Rijkaard espera ahora que el Comité de Apelación le retire a Ronaldinho la sanción que le impediría jugar en Mestalla, que Eto´o regrese de la Copa Africa sin secuelas por la eliminación de Camerún por su fallo en un lanzamiento de penalti y que la recuperación de Motta se complete lo antes posible, porque la de Xavi tiene un plazo muy largo. Edmílson volverá ante el Valencia.

Ante estas ausencias, Rijkaard improvisó frente al Atlético de Madrid y puso a Deco en la posición de Ronaldinho, solución que nunca funcionó.

Lo del cuadro madrileño, mientras, eran balones en profundidad para romper la línea de fueron de juego del Barcelona, situada más cerca del centro del campo que de la frontal del área.

Tan clara dejó su táctica el equipo de Pepe Murcia que el meta argentino Leo Franco, en los saques de puerta, fue el principal encargado de intentar que el balón llegase a los pies de Maxi y Fernando Torres, recurso que evitaba a la vez que demasiados jugadores rojiblancos se sumasen al ataque y dejasen espacios en defensa.

En el Barcelona, Deco hacía lo que podía para suplir a Ronaldinho, pero su plaza habitual en el centro del campo quedaba mucho más desierta en manos de Van Bommel e Iniesta tampoco era Xavi, así que la cobertura azulgrana acabó también metida en la misma apuesta de pelotas en largo a los delanteros que había realizado de inicio el Atlético de Madrid.

Así, llegó el primer gol de Torres, convertido en el verdugo del Barcelona. Maxi se sumó a la fiesta y aunque Larsson puso algo de emoción cuando acortó distancias, de nuevo "El Niño" fue el encargado de sentenciar el choque.