Revolución #MeTooCSIC

El movimiento MeToo (yo también) empezó a rodar el 5 de octubre de 2017, cuando The New York Times publicó una investigación sobre las denuncias de acoso sexual contra el productor de Hollywood Harvey Weinstein, considerado intocable pese a los rumores sobre su mala conducta para con las mujeres. Entonces trascendió lo que muchas suponían, o que incluso habían vivido, y es que en el cine había jefes (directores, productores...) que prometían promocionar la carrera de actrices a cambio de favores sexuales. Weinstein era un depredador, pero había muchos más. Ese MeToo abrió la espita.

Ahora, con el hashtag #MeTooCSIC, también quiere ser revolucionario para cambiar la situación en la que trabajan las mujeres en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la mayor institución investigadora pública de España, donde han aflorado múltiples casos de acoso. Usuarios y usuarias de la red social X empezaron a popularizar el hashtag con motivo del 8-M, aunque habían elevado ya la voz por el cambio después de la desaparición de Carmen Fernández a bordo del buque oceanográfico donde denunció haber sufrido una agresión sexual por otro tripulante.

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