A lo largo del siglo XXI, España ha pasado de superar el millón de personas ocupadas en agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (el máximo se registró en 2002) a albergar unos 750.000 trabajadores (según datos del INE, relativos a 2019). La tendencia, decreciente, es patente para el sector primario y ante esta problemática que se siente en tierra pero también sobre el mar, especialmente el gallego, la Organización de Productores de Pesca del Puerto y Ría de Marín (Opromar) inició en 2020 un ambicioso proyecto para garantizar el relevo generacional de su tripulación. En lo que va de 2022, el plan se ha saldado con un millar de solicitudes de empleo recibidas y una treintena de contratos cerrados; mientras 14 empresas no socias quieren integrarse a la iniciativa, que lejos de quedarse en esta pequeña localidad portuaria ha cruzado el charco para expandirse a África.
El próximo diciembre –precisamente– se cumplirán dos años desde que la entidad lanzó la plataforma www.trabajoenpesca.com, dirigida a aquella gente con ganas de trabajar en el sector pesquero, teniendo o sin tener conocimientos. Creada para hacer ver a los candidatos cuál sería el puesto que mejor se adaptaría a su perfil y qué estudios precisarían para lograrlo, el éxito de participación sorprendió tanto que en 2021 se creó la bolsa de empleo “Trabaja en Pesca” para acomodar la necesaria oferta a la alta demanda.
Con una media de edad de 38 años, los interesados en enrolarse en la flota de Opromar son fundamentalmente hombres españoles, aunque también hay mujeres inscritas –un total de 59– y cerca de cien personas que ya han formalizado sus solicitudes desde Argentina, Brasil, Colombia, Costa de Marfil, Cuba, Ecuador, Honduras, Italia, Marruecos, Ghana, México, Perú, Rumanía, Rusia, Uruguay y Venezuela.
En su expansión internacional, esta bolsa de empleo se ha habilitado en dos nuevos idiomas (el francés y el portugués) para que puedan acceder a “Trabaja en Pesca” los estudiantes de diferentes escuelas náutico-pesqueras como el Institut de Technologie des Pêches Maritimes de Safari Maroc (Marruecos), el Complexo Escolar Marítimo Helder Neto (Angola), la École Nationale de Formation Maritime (Senegal), el Instituto Superior de Engenharia e Ciências do Mar (Cabo Verde) y el Institut Mauritanien de Recherche Océanographique et des Peches (Mauritania), cuya formación es similar a la que se imparte en los centros españoles.
De igual manera –con el objetivo de promocionar la llegada de más candidaturas foráneas–, Opromar va a organizar una campaña “de captación de nuevas candidaturas”, enviando a las citadas escuelas un póster informativo del servicio de la bolsa de empleo “Trabaja en Pesca” que cuenta con un código QR para que aquellas personas interesadas puedan anotarse. Y, por si fuera poco, los días 22 y 24 de noviembre realizará, en horario de mañana o tarde, varios itinerarios formativos ocupacionales a través de talleres dirigidos a los aspirantes que buscan hacerse un hueco en el mar.
De los 30 contratos que ha logrado cerrar la entidad para seis empresas socias que precisaban personal, seis son de oficial de puente o segundo patrón, cinco de marineros, cuatro de jefe de máquinas, tres de contramaestres, dos de engrasador, dos de patrón al mando y otros tantos de primer oficial de máquinas. Asimismo, un tercio de las mil solicitudes que han recibido son de gente con experiencia y titulación para trabajar (la mayoría marineros).
