Giuseppe Mellino decidió paralizar la actividad durante un mes, cuando el vendaval del COVID empezó a arreciar en España. La plantilla de Congelados Maravilla se fue a casa con un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). “No se sabía nada de la enfermedad, fue una locura”. Para mayo ya había reincorporado a su personal, compuesto a día de hoy por 92 personas. Las restricciones para contener la pandemia, principalmente las que derivaron en el cierre de la hostelería o en las limitaciones al turismo, redujeron las ventas de la empresa en un 15%. Pero el rebote que ha experimentado compensa con mucha diferencia aquel bache. “Estamos hablando de un incremento de entre el 55 y el 60%”, que nota en todos los productos y mercados. También el italiano, al que más exporta. Mellino prevé terminar el año con un volumen de ventas de unos 60 millones de euros, muy por encima de los valores previos al COVID (49 millones de euros en 2019).
Crecimiento orgánico y mejora de los canales de aprovisionamiento. Son dos máximas que el directivo ha ejecutado desde su desembarco en la industria gallega, de la que llegó a rescatar la icónica marca de pulpo Benito Alonso. Congelados Maravilla ha suscrito un acuerdo con una empresa mauritana, con el que se garantiza la recepción de 50 contenedores anuales de pulpo, choco y calamar. Son los mismos productos que nutrirán a la compañía desde Gambia (Maravilla of Gambia), una incursión africana que le garantiza plena trazabilidad de los procesos de producción. Ya han empezado las operaciones con la recepción de los primeros 14 contenedores. La materia prima es de calidad, y los precios son asequibles. La elevadísima demanda de cefalópodos, y la versatilidad de las especies para dotarlas de valor añadido, son motivos que han alimentado parte de las estrategias de empresas como Iberconsa, Nueva Pescanova, Pescapuerta, Profand o Pereira en Marruecos, Perú o Mauritania.
“Ha habido un cambio en el ADN del mercado con la negociación de los precios, están a un nivel nunca visto”
Además de la reactivación de la demanda, Mellino detecta una potente subida en los precios, que permite acompasar el incremento de los costes por las energías, fletes marítimos o materias primas. “Algo ha cambiado en el ADN del mercado, no se producen rechazos automáticos de algunos compradores, intentando negociar algunos céntimos”. “En productos como el pulpo o el pez espada –añade– se están dando precios altísimos, nunca vistos”. Eso sí, Congelados Maravilla ha cambiado de proveedora de suministro de electricidad para rebajar el impacto del nuevo tarifazo. “Intentas mejorar la rentabilidad en todos los aspectos”.
En Vigo dispone de una planta grande en O Berbés con 72 trabajadores, además de una nave de fileteado y un nuevo cocedero de pulpo, ahora en stand by por la escasez de materia prima. En conjunto, Maravilla tiene a 92 personas en plantilla.
