La incorporación de la planta de Arteixo a Pescanova SA se produjo un año después de la admisión a cotización de la pesquera. Era 1991 y la compañía, bajo la presidencia de Manuel Fernández de Sousa, adquiría la antigua fábrica de Aliko, que se convertiría después en Bajamar Séptima. Con una marca de postín y una potente red de comercialización minorista, las instalaciones no se centraron en la elaboración y transformación de productos del mar. De allí salían bases para pizzas, platos preparados, calzoni, fingers para el mercado de la restauración o distintas bases de masas ultracongeladas. Siempre con la enseña Pescanova. La actividad se fue reconduciendo con el tiempo y ahora, integrada en Pescanova España –de Nueva Pescanova– y rebautizada como centro industrial de Arteixo, se ha focalizado en la valorización de la proteína marina. Con una competencia bestial a nivel global, una oferta de productos de valor añadido es el único camino hacia la mejora de los márgenes, una vía por la que han optado las principales firmas del sector. Ahora, la compañía que preside José María Benavent podrá doblar su producción en estas instalaciones coruñesas. Pasará de 75 toneladas diarias a 157. La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda acaba de remitir la declaración de impacto ambiental, requerida por el grupo. Había cursado su solicitud en agosto de 2019.

La fábrica se integró en la multinacional en los 90, centrada en pizzas congeladas

La antigua Bajamar se centrará en el langostino. A día de hoy ya cuenta con tres tipos de procesos productivos, para el congelado y refrigerado, el crudo y las colas. El incremento de la producción obedecerá principalmente a la instalación de un nuevo cocedero, con capacidad para procesar 54 toneladas diarias, que se complementará con los otros dos ya en marcha. Todas ellas ganarán capacidad. Sucederá lo mismo con la de envasado al vacío, que pasará de cinco a ocho toneladas diarias. “Según el estudio de impacto ambiental, no es necesaria ninguna estructura auxiliar ni nueva edificación”, dice el informe de la Xunta. “La actividad se desarrollará en las instalaciones ya existentes, los cambios en producción se deberán a distintos equipamientos que, en su conjunto, colaboran al aumento de la producción”. El centro de Arteixo, con más de 120 personas en plantilla, cuenta con una superficie de 11.756 metros cuadrados, en una parcela de cerca de 17.000.

Nueva Pescanova replica aquí la planificación adoptada ya para el centro de Chapela (antigua Frivipesca). Hace dos años recibió el visto bueno de Medio Ambiente a un proyecto para pasar de producir de 61 a 122 toneladas diarias (y cerca de 40.000 anuales). En este caso de surimi, un producto capital para sus ventas en el mercado nacional y para los lineales de su cliente estrella: Mercadona, la cadena fundada por Juan Roig, representa más de un tercio de la facturación en el segmento minorista (o retail) en España. Por regla general la producción de este preparado utiliza en Europa como base el abadejo de Alaska, bacaladilla, granadero azul y merluza del Pacífico (merluccius productus).

Grupo Iberconsa (con la factoría de Bouzas, Iberconsa Seafood Processing), Profand, Wofco o Pereira son buenos ejemplos de la dinámica del sector, con nuevas inversiones para procesos de valor añadido.

Sin el sushi de Mercadona, pero con alternativas

El pasado otoño Nueva Pescanova se desprendió de Katei Alimentación, que llegó a abastecer de sushi y otras recetas japonesas a unas 550 tiendas de Mercadona. Pero ha reforzado otros segmentos de producción. En Perú, por ejemplo. Allí consolidará su presencia en el país con la construcción de una nueva fábrica de 8.000 metros cuadrados, que comenzará a operar a finales de este año y en la que invertirá 7 millones de euros. La factoría se dedicará al procesamiento y comercialización de cefalópodos como la pota, pescados como el mahi o procesados como el surimi, de los que se estima una producción de 12.700 toneladas anuales. También transformará unas 900 toneladas de otras especies como el pulpo, el calamar o el pejerrey. En total, 13.600 toneladas anuales.

La fábrica de Novaperú, filial de Grupo Nueva Pescanova en el país, estará ubicada en el puerto pesquero de Pucusana, a las afueras de Lima. “Se trata de un enclave estratégico para la compañía por su proximidad al mar”, señala la firma. En sus instalaciones se dará empleo a unas 170 personas de manera directa, lo que supone incrementar la plantilla de la filial en un 10%.

Pescanova comenzó a trabajar en Perú en 1989 realizando operaciones de trading. Sin embargo, fue en 1995 cuando nació su filial Novaperú, con una fábrica en el distrito limeño de San Juan de Miraflores.