La producción de mejillón es la principal actividad acuícola de Galicia, referente mundial en la producción de este oro negro que solo el año pasado dejó una producción de casi 233.000 toneladas. Para su cría la comunidad cuenta con 3.300 bateas, situadas a cobijo en las rías para el engorde del molusco.
Pero, ¿por qué no se aprovechan las zonas de mar abierto para estos u otros parques flotantes de cultivo? Esto es lo que se han preguntado la dos firmas valencianas e impulsoras del proyecto OpenMode, Research & Development Concretes S.L. (RDC) y Prefabricados Formex (Preffor). La Ría de Vigo, y en concreto el polígono Redondela C, actúa como banco de pruebas para uno de los cinco sistemas piloto ideados para el cultivo intensivo, que servirán tanto para el Atlántico como el Mediterráneo o las cuencas del Mar del Norte y del Báltico.
Las firmas, conocidas por estar detrás de la creación de bateas en materiales que nada tienen que ver con las tradicionales hechas de madera (emplean el “Formex”, lo que amplía su durabilidad), iniciaron el proyecto el pasado año basándose en la idea de que el crecimiento del sector “está casi estancado” en la UE ante la “creciente competencia mundial y a la saturación de las zonas protegidas del oleaje en las que es viable la cría intensiva”.
Con OpenMode tanto RDC como Preffor buscan crear lo que denominan “módulos flotantes conectables”, con los que buscan identificar los problemas de la cría en mar abierto y proponer una solución viable, además de aportar una solución rentable para otras aplicaciones dentro de la llamada economía azul. Para ello, identificaron la zona atlántica, mediterránea y la zona del mar del Norte y el mar Báltico. En el primer caso el principal reto es la intensidad del oleaje.
La plataforma que se encuentra en el polígono redondelano –aunque no es el más idóneo, es el emplazamiento permitido por la Xunta– está realizada en Formex y es un total de 540 metros cuadrados, que debido a que son modulares se pueden colocar a lo largo o con forma cuadrada.
El objetivo principal de esta batea es servir para la integración de sensores remotos que recogen más de una veintena de parámetros que ayuden a comprender la conexión entre el oleaje, el clima, las condiciones del agua y las tensiones en los módulos flotantes. Así se busca maximizar la tasa de crecimiento del mejillón y su cosecha final.
La batea, que incluso tiene una cámara que reproduce en directo, es explotada por Mejillones Julio S.L. (con una producción aproximada de 50 toneladas de mejillón al año) y cuenta con la colaboración del centro de investigación Tecnalia y las universidades de Vigo y la Politècnica de València (UPV).
Los otros módulos instalados se encuentran en el puerto de Mutriku, en el País Vasco (para producir energía fotovoltaica), y en el mar Adriático, en concreto en Croacia y Montenegro (para solucionar la escasez de fitoplancton y la intensa depredación a la que están sometidos los mejillones). El último será instalado en Dinamarca, donde OpenMode tiene el objetivo de mejorar la calidad del agua a través de la depuración que realizan los moluscos desde los módulos, situados cerca de sistemas de piscicultura.