“El corazón de Jealsa se salvó”. Esa es la conclusión principal tras 24 horas de lucha contra el fuego en la principal conservera de Galicia que da empleo a 1.200 trabajadores directos, la mayor parte vecinos de Boiro, muchos de los cuales pasaron la noche en vela al ver en peligro la principal industria de la localidad.

Los bomberos utilizaron un dron para sobrevolar la zona afectada. | // IÑAKI ABELLA

A mediodía se hacía balance del siniestro con ánimo más sereno pues pese a la magnitud del fuego la principal zona de producción se salvó de las llamas, no se registraron víctimas y la actividad podrá reanudarse con cierta normalidad en un período corto.

Así lo ven en la empresa que cuentan con cumplir con todos los pedidos al haber conservado las secciones clave del proceso de producción: zonas de corte, empacado, cierre y de producto terminado, explica Marcos Fajardo que además de concejal de Industria es trabajador de la firma arousana.

Fajardo explica que ardió la zona más nueva de la fábrica, con toda la maquinaria, por lo que las pérdidas van a resultar muy cuantiosas, aunque todavía no pueden ser cuantificadas. “Toda la parte frigorífica desapareció, en la que se guardaba la marca Pet Sellect de alimento de mascotas, Tetra Pack de productos congelados y la zona de tronza o de corte del pescado”, enumera con la resaca de una noche sin dormir. Fajardo ha sido uno de los primeros en intervenir en las tareas de control del fuego pues forma parte del equipo de seguridad de la empresa y le tocó vivir los primeros momentos del incendio cuando se activó el protocolo de ayuda. “Es pronto para determinar las causas del fuego”, expuso sin mencionar siquiera la principal hipótesis que se baraja en la localidad acerca de una explosión de amoníaco en la zona frigorífica.

Una situación que pronto se iba de las manos por lo que urgió avisar a los servicios de emergencias locales e instar la intervención de la Xunta que activó el nivel 1 del Platerga.

Así lo expone José Antonio Argibay, técnico de operaciones y logística de la Axega quien a las dos de la tarde consideraba finalizado el operativo. “Ya solo quedan los medios locales porque ahora mismo ya no hay riesgo y el fuego está estabilizado”, explica.

Argibay califica el incendio como de “muy importante”, lo que obligó a activar el plan de emergencias de la Xunta y “permitió contar con todos los medios disponibles en Galicia” y no solo los locales.

Explica que el momento más crítico del operativo fue cuando todos los equipos se centraron “en la defensa de los depósitos de amoníaco y en mantener el fuego dentro del lugar en que se inició”. Reconoce que se trató de una acción “muy seria” porque existía “una clara amenaza de explosión y por ello actuaron todos los medios a disposición, que eran muchos y muy bien coordinados”.

En concreto intervinieron los Bombeiros de Boiro, Ribeira, Ribadumia, Santiago y Arzúa, los miembros del GES de Noia, Sanxenxo y Muros, efectivos de Protección Civil de Boiro, Ribeira, A Pobra, Noia y Cambados, equipos de Salvamento Marítimo y Gardacostas. Contaron asimismo con la colaboración del Servicio Provincial de Incendios, técnicos de la empresa de energía eléctrica, Policía Local, Guardia Civil y servicios sanitarios.

En todo momento estuvo también junto a la empresa el alcalde José Ramón Romero, quien se mostró aliviado porque la empresa pueda mantener la actividad aunque reconoce que “fue un enorme mazazo para la localidad porque son muchos los vecinos vinculados”, trabajadores directos e indirectos. El regidor confía en que la actividad se reanude con cierta normalidad “aunque será necesario reorganizar los equipos por el fuego”.

Por su parte el edil y trabajador de Jealsa Marcos Fajardo entiende que la empresa va a repartir la actividad entre las naves que han quedado en pie y la de Escurís de A Pobra. Una decisión que al menos valoraba la familia Alonso y el equipo directivo reunido de urgencia en las instalaciones de la conservera ayer domingo.

Miedo entre los residentes

“Pasamos miedo pues temíamos una explosión”. Este es el resumen del sentir general en O Bodión, donde los servicios de emergencias desalojaron unas 25 viviendas tras el incendio de la conservera Jealsa.

Manuela y su marido viven justo enfrente de la fábrica. Asegura que todavía está impresionada y que en su retina sigue presente el “espeso humo del incendio”.

“Lo primero que nos mandaron hacer fue cerrar todas las ventanas y enseguida nos desalojaron; nosotros nos fuimos a casa de una hija hasta que pudimos regresar al anochecer”, relata con cierta desgana de revivir la dantesca jornada.

Paralelismos con Fandicosta

Era lunes en Fandicosta, turno de tarde. De repente, salta el aviso de un incendio. “Salimos con lo puesto. Tenemos en las taquillas las llaves del coche, el teléfono móvil y la ropa. Cuando desalojamos la factoría no parecía que iba a ser tanto, y mira cómo está todo calcinado”, relataba, a pie de carretera, una de las operarias de esta fábrica de Vigo. La pesquera de Moaña, fundada en 1986 se incendió el 9 de mayo de 2016; Jealsa, un 8 de mayo, cinco años después. El incendio destruyó tres frigoríficos, y una planta de congelados de Fandicosta. Se perdieron 7.000 toneladas de producto. Y sin embargo, la empresa salió adelante, con apoyo logístico en Madrid y Basauri y una planta de elaborados en Vilagarcía (la antigua Friporto). También salió adelante la empresa J.J. Chicolino, de Boiro, cuya cordelería destruyó un incendio en septiembre de 2009. En aquella ocasión, Chicolino recibió la ayuda de Jealsa.