Las sospechas finalmente se confirman. Como indicaban los síntomas que motivaron su evacuación en altar mar, el marinero del espadero de A Guarda "Ribel Tercero" ha dado positivo en coronavirus en el análisis efectuado en el hospital vigués Povisa.
Como avanzó este viernes la edición digital de FARO, este tripulante fue evacuado cuando su barco faenaba a la altura del archipiélago portugués de Azores. Hasta ese momento, su capitán solo podía interpretar del estado de su marinero, por la fiebre alta y otros indicios, un cuadro compatible con infección por Covid-19. Pero ante el temor de que pudiera agravarse decidió lanzar por radio un aviso de asistencia sanitaria, una llamada que atendió el "Esperanza de Mar", el buque-hospital del que desembarcó el marinero al muelle de la Estación Marítima de Vigo para su traslado inmediato en ambulancia a Povisa.
El afectado recibió la confirmación de su contagio por Covid-19 poco tiempo después de completar todas las pruebas. De su contagio ya no hay duda pero ahora falta por saber si también lo están sus otros nueve compañeros. Estos tripulantes llegaron en la mañana de este sábado a Vigo y nada más amarrar su barco en el muelle de Reparaciones de Bouzas se dirigieron a sus respectivos domilicios (4 son de Vigo, 3 de A Guarda, uno de Oia y otro de O Rosal). Aunque puede que por poco tiempo. Está previsto que en las próximas horas sean llamados para efectuar un análisis específico de coronavirus un hospital. Su compañero ya quedó ingresado este viernes su compañero.
Orpagu demanda un "protocolo de actuación"
A propósito del positivo confirmado a bordo del buque de uno de sus armadores afialiados, la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu) ha emitido un comunicado donde deja entrever cierta decepción por la atención dispensada al resto de tripulantes del "Ribel Tercero". Como también habían avanzado a FARO este viernes desde la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, el planteamiento inicial consistía en realizar a estos marineros un test rápido de coronavirus tan pronto pisasen tierra esta mañana como en Bouzas. Pero no fue así.
Según Orpagu, "los trabajadores, acompañados por el armador, se mantuvieron a la espera del despliegue del protocolo preventivo". Una espera que resultó infructuosa ante la sorpresa de los marineros "que aguardaban alguna medida que evitase su vuelta a casa junto a sus familias antes de conocer si son o no positivos".
Al final hasta el armador tuvo que gestionar vehículos privados para que los marineros pudieran llegar a sus domicilios donde "ya están recluidos tratando de tomar, por propia iniciativa, medidas de seguridad", añade la asociación. Y en el citado comunicado se asegura que solo gracias a los requerimientos de la organización y de la propia armadora se realizarán los test que "en buena lógica deberían haberse llevado a cabo en el momento de la llegada a puerto".
A juicio de Orpagu lo sucedido con el "Ribel Tercero" demuestra "la imperiosa necesidad de un protocolo de actuación para este tipo de casos".
De ahí que no solo lamente la falta de medidas para atender un suceso así sino que el colectivo vaticina que "sin duda se repetirá". Más aún critica la contradicción de que se les reconozca como actividad esencial para garantizar a la población una alimentación de calidad con la "indefensión" que sufren en el desarrollo de su actividad "sin las medidas de seguridad pertinentes".
Para evitar lo sucedido con el palangrero que llegó esta mañana a Bouzas, la organización demanda "que se hagan pruebas a todos los marineros antes de embarcar". Subraya la especial dificultad de evitar "el contagio entre los trabajadores" ante casos así por el espacio limitado que ofrece el interior de un barco.
También anuncia que mañana lunes se procederá a la desinfección del "Ribel Tercero" por parte de una empresa especializada.
