Los productos tradicionales nunca pasan de moda. Y se lucha para preservarlos, no solo por la historia que siempre los acompaña, sino también por la representación que hace de las culturas. Galicia se distingue por su pesca y su agricultura, dos de sus sectores más característicos. Una forma de mantener presente lo tradicional, de no perderlo por mucho tiempo que pase, y por la que apuestan las Administraciones es la regulación. Por ello, los productos pesqueros y los que procedan de la agricultura estarán regularizados para dar valor a todas las elaboraciones que estén relacionadas con estos dos sectores.

La Consellería do Mar distingue un total de 16 grupos de productos entre los que se encuentran los artículos que tienen su origen en la pesca y la acuicultura. El decreto los recoge en el tercer grupo e incluye seis tipos de artículos. Las conservas (referencia en Galicia en diferentes especies, desde el atún hasta pulpo pasando por berberechos o incluso ostras) encabezan la lista de elaborados del mar, entre los que también se incluyen patés, productos ahumados, adobados, desecados o salados.

"Se trata de una novedosa regulación que especifica lo que es una producción artesanal para evitar que se use de manera impropia este término u otros similares como 'casero' o 'hecho en casa", señala la Consellería do Mar. El nuevo decreto -publicado ayer en el Diario Oficial de Galicia (DOG)- regula las condiciones técnicas específicas necesarias para que una producción alimentaria sea considerada artesanal. Una de las condiciones que deben cumplir estos elaborados es que los procesos deben ser tradicionales, la presentación singular para diferenciar así su calidad y según el tipo de producción se tienen que seguir unas normas determinadas.

El departamento dirigido por Rosa Quintana indica que las normas técnicas a cumplir por los productos artesanos contemplan que se tienen que realizar con materias primas seleccionadas. Ningún elaborado puede contener colorantes, potenciadores de sabor, grasas trans o grasas procedentes de la palma o del coco. Lo que sí admite la regulación es usar medios mecánicos en determinadas fases de la producción.

El decreto, que entra en vigor dentro de seis meses, regula también el registro de la artesanía alimentaria, en el que tienen que estar inscritas todas las empresas implicadas.