Es un viejo debate que se ha reproducido en caladeros como el de Gran Sol, Nafo, Mozambique o Namibia, donde conviven -con más o menos polémica- actividades como la minería submarina y las prospecciones petrolíferas con la pesca extractiva. Le ha tocado el turno ahora a la energía eólica offshore, que se estrenará en pocas semanas frente a las costas de Viana do Castelo, a escasos 70 kilómetros del puerto de Vigo. Portugal ha resuelto la eterna pregunta sin ambages: estas plataformas marinas dañan la actividad pesquera, extremo que ha reconocido tanto el Gobierno de Lisboa como los promotores del que será el primer polígono eólico marino de la Península Ibérica. La flota de esta cámara lusa percibirá un millón de euros en concepto de compensación, a sumar a otro medio millón que aspiran ingresar por no poder trabajar a lo largo de los 17 kilómetros que un cable submarino unirá la costa con la plataforma. También realizarán "trabajos remunerados" para EDP y Redes Energéticas Nacionais (REN). A los demás buques que comparten zona de pesca, incluidos gallegos, no les toca nada.
"Se han identificado 28 embarcaciones de pesca local directamente afectadas", admitió el secretario de Estado das Pescas, José Apolinário. El grueso de la indemnización será repartido entre 16 buques, que ya han cobrado 800.000 euros. Pero esta semana armadores de Viana bloquearon el acceso al puerto porque no se había contemplado el perjuicio de no poder operar en el área donde se desplegará el cable submarino. "Exigimos ser indemnizados, porque nuestro perjuicio es mayor", exhortó esta semana el portavoz de los armadores de bajura, João Pacheco. La solución, además de económica, ha sido la de ofrecer a los empresarios "trabajos" para las firmas promotoras. El acceso al muelle quedó despejado este viernes.
La plataforma que ha desatado la controversia forma parte del proyecto Windfloat Atlantic, que comprende la instalación de tres aerogeneradores frente a la costa de Viana. La primera, ensamblada en Ferrol, contará con la turbina más grande instalada en una plataforma flotante. El parque tendrá una capacidad de 25 megawatios; el proyecto pertenece al consorcio Windplus, propiedad conjunta de EDP Renováveis ??(54,4%), Engie (25%), Repsol (19,4%) y Principle Power Inc. (1,2%). En la zona elegida para su instalación operan buques de arrastre de litoral, cerco y palangre de fondo y superficie con base en el puerto de Vigo.
En 2017 el Comité Asesor Científico Técnico de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) ya puso sobre la mesa la necesidad de abordar la compleja convivencia entre las actividades energética y pesquera en alta mar. "Urge que los gobiernos y las distintas autoridades, a nivel nacional e internacional, desarrollen los planes de ordenación y reglamentos integradores de gestión de los mares y océanos, claros y concisos, teniendo en cuenta el medio ambiente marino en sí mismo y las actividades y necesidades de las distintas industrias y economías que dependen de él". Y, culminaba el informe: "Es necesario que, cuando se concedan licencias, se tenga en cuenta a la industria pesquera que ya opera en esas áreas".
