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Investigación en la costa gallega

Científicos detectan trazas de varias drogas y antidepresivos en aguas de las Rías Baixas

Un estudio pionero en las rías de Pontevedra, Arousa y Muros-Noia halla estas y otras sustancias que afectan a las especies marinas - Urgen más investigación para conocer "el nivel de riesgo"

Hugo Barreiro

Un equipo de científicos ha realizado un estudio pionero en las rías de Pontevedra, Arousa y Muros-Noia para comprobar la presencia de productos farmacéuticos psicoactivos y drogas ilícitas. Los resultados, publicados en el medio especializado Chemosphere, recogen que se han localizado principalmente trazas de diferentes antidepresivos y ansiolíticos, así como productos del metabolismo humano resultantes del consumo de metadona y cocaína. Según explican los expertos, a pesar de que se tratan de concentraciones muy pequeñas, estas trazas afectan a las especies acuáticas que habitan en las Rías Baixas hasta el punto de condicionar su adecuado desarrollo. "No son concentraciones tan altas que los puedan matar, pero al sufrir una exposición crónica afecta a su comportamiento", explican.

El estudio fue publicado el mes pasado y estuvo liderado por la investigadora YolandaValcárcel (de la Universidad Rey Juan Carlos). En él participaron Cristina Postigo, Nicola Mastroianni y Miren López de Alda (del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Girona), José Luis Rodríguez-Gil (de la University of Ottawa, Canadá) y Javier Fernández-Rubio.

Según refleja la publicación, el conocimiento sobre la presencia de compuestos farmacéuticos y los posibles riesgos en los sistemas costeros y marinos "es aún limitado". Por ello, el estudio se muestra como "un primer intento" de monitorizar la presencia de estas sustancias en el agua. Para ello, los investigadores decidieron apostar por la costa gallega y, más concretamente, por las rías de Pontevedra, Arousa y Muros-Noia, "un área económica y ambientalmente relevante, líder en la producción de moluscos bivalvos".

El estudio comenzó con la recogida de muestras. Durante la segunda y tercera semana de julio de 2015, los científicos se desplazaron en barco para recolectar un total de 22 muestras de agua costera cerca de los emisarios de las depuradoras y una única muestra de un flujo de salida de una EDAR. Sobre estas muestras los investigadores buscaron 16 productos farmacéuticos psicoactivos "pertenecientes a los grupos de benzodiazepinas y ansiolíticos", así como 14 drogas ilegales, "estimulantes de tipo anfetamínico, cannabinoides, opioides y compuestos lisérgicos".

A través de una evaluación de riesgo, los responsables del estudio lograron unos resultados que dan una idea de qué se esconde en la costa de las Rías Baixas. Así, se detectaron 14 de los 16 productos farmacéuticos psicoactivos analizados en al menos una de las muestras recolectadas. La venlafaxina (antidepresivo) fue el compuesto que se detectó con mayor frecuencia, ya que se halló en el 59%. A este le siguieron otros antidepresivos como el citalopram (con una frecuencia del 36%), la fluoxetina (23%) y el alprazolam (18%). Por rías, Porto do Son, Rianxo y Bueu fueron las localizaciones en las que más se detectaron estas sustancias.

Drogas

En lo que se refiere a las drogas ilegales, 9 de las 19 sustancias analizadas en el estudio se detectaron en al menos una de las muestras. Las principales fueron la benzoilecgonina (metabolito de la cocaína) y la EDDP (metabolito de la metadona), que fueron detectadas con una frecuencia del 41% cada una, seguida de la metadona (32%). En este caso, la mayor abundancia por rías se detectó en Porto do Son, A Illa de Arousa y Bueu.

En las conclusiones del estudio, los investigadores explican que "las concentraciones y el riesgo medidos fueron generalmente más altos en la Ría de Muros-Noia, seguidos de Arousa y finalmente de Pontevedra". Sin embargo, también indican que "se necesita más investigación para caracterizar el riesgo real que representan estos compuestos" en las Rías Baixas, así como en otras zonas del globo. Con ello se estudiarían los "efectos potenciales" que estos compuestos podrían tener sobre el mariscos o moluscos bivalvos que se capturan en Galicia, "así como cualquier posible implicación para la salud humana a través de su consumo".

Pese a ello, sí explican que "la exposición crónica" a este tipo de sustancias afecta a las diferentes especies acuáticas de la zona. Pese a que no causa su muerte, puede interferir en su desarrollo al afectar a su capacidad para alimentarse o huir de sus depredadores.

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