La normativa comunitaria que obliga a la flota a descargar en puerto todo el pescado que capture entró en vigor el pasado 1 de enero, aunque en ciertos puntos el sector sigue la incertidumbre a la hora de aplicar la norma. Por el momento, ya que apenas pasó un mes y medio desde el inicio del año, no tiene mucha incidencia. El motivo es que hay cantidad disponible de pescado para que la flota pueda faenar sin problemas. Las inquietudes que recorren al sector no solo tienen que ver con los posibles efectos que tendrá la obligación de desembarque a medida que cierren algunas pesquerías, sino también cómo controlar lo que se captura.

"Si tienes que traer a tierra todo lo que capturas lo que estás haciendo es esquilmar el mar. Si lo que pescas está vivo y lo devuelves el ecosistema no sufre daño", señala por su parte el presidente de la Asociación de Armadores de Artes Menores de Galicia (Asoar-Armega), José Luis Rodríguez.

Desde las cofradías temen un amarre de la flota. "Es algo que está ahí, pero no se sabe qué va a pasar. Además es un problema que se acentúa en las artes menores porque tienen distintas artes de pesca. Hay muchas dudas en torno a la normativa", sostienen.

Otro segmento que lo va a tener complicado es el arrastre, ya que es otra arte multiespecífica. "Los arrastreros capturan diversas especies, por lo que es muy difícil de aplicar porque por ejemplo si se acaba la cuota de jurel, pero puedo capturar gallo o merluza y no me dejas porque acabé el cupo de jurel no tiene sentido porque de las otras especies sí que tengo cantidad", expone el secretario xeral de la Organización de Productores Pescagalicia-Arpega-OBarco (OPP-31), Torcuato Teixeira.