La Comisión de Pesca del Parlamento Europeo dio ayer por la mañana su visto bueno al acuerdo de pesca alcanzado entre la Unión Europea y Marruecos en julio del año pasado. Con 17 votos a favor, siete en contra y dos abstenciones, la decisión supone un espaldarazo al pacto y un paso más para su aprobación final en el pleno del próximo 12 de febrero por parte de los europarlamentarios. En Galicia la flota arrastrera de Marín que faena en los caladeros africanos en base a este tipo de acuerdos aguarda impaciente para utilizar las cinco licencias disponibles para el caladero, al igual que otros muchos barcos del sur de España.

El acuerdo pesquero de la UE y Marruecos estuvo marcado por el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) de febrero de 2018, que estableció que el pacto era "válido" pese a las conclusiones previas del abogado general, que había indicado que el protocolo no era válido por aplicarse en el territorio del Sáhara Occidental.

Esta "división" se trasladó también a los europarlamentarios, que ahora deben decidir si finalmente sale adelante el acuerdo o no.

En virtud de este nuevo tratado, la UE pagará a Marruecos una media anual de 52 millones de euros, de los que 12 millones aproximadamente deberán ser abonados por los armadores europeos. A cambio, el país africano permitirá faenar en sus aguas a 128 barcos europeos, entre ellos 92 españoles.

Según explicaba ayer Efe, los observadores explican que buena parte del éxito del acuerdo tiene que ver con nuevos argumentos sobre el Sáhara Occidental que llegan con mayor facilidad a las distintas sensibilidades europeas.

Así, desde Rabat se ha insistido en que el acuerdo de pesca beneficia a la población local del Sáhara (por cada dirham -moneda del país- que se saca de la zona se invierten otros siete) y que la representatividad de los saharauis no es patrimonio del Frente Polisario, recordando que hay toda una serie de instituciones electas en el Sáhara favorables a Marruecos y en las que participan y encabezan los saharauis.