Las exploraciones sísmicas son unas de las múltiples actividades que generan intensos sonidos bajo el agua, alterando los ecosistemas y dañando a más de un centenar de especies de peces e invertebrados, según las evidencias recopiladas por los científicos. Linda Weilgart, investigadora de la Universidad canadiense de Dalhousie, afirma que la mayoría de los animales marinos utilizan el sonido para sobrevivir, por lo que el ruido les afecta gravemente "como individuos y comunidad".

Algunos efectos detectados en ellos son malformaciones, daños en el oído, retrasos en su desarrollo, menores tasas de reproducción, estrés, desorientación y hasta la muerte.

Weilgart precisó que los animales sienten el ruido como una "agresión" y evitan los hábitats naturales en los que se produce, por lo que disminuyen sus oportunidades de alimentarse. Además, aseguró que el sonido de los cañones de aire comprimido (utilizar por el sector petrolero para buscar recursos en el subsuelo) mata el zooplancton, el de las máquinas perforadoras fuerza el cierre de las conchas de los mejillones y el de los barcos sofoca a las ostras.

Algunos estudios han demostrado que, cuando hay ruido, las capturas y la abundancia de pescado descienden, al tiempo que crece la pesca de especies no deseadas.