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Piquetes frente a la planta de Cabomar, en Marín, la semana pasada. // FdV

Convenio colectivo de elaborados del mar

La conflictividad se enquista en las plantas pesqueras de Galicia pese al cisma sindical

Los sindicatos retoman la huelga tras la "ruptura" de las negociaciones -Prevén paralizar hoy y mañana media docena de fábricas en Vigo, Marín, Moaña, Pontevedra y Salvaterra

Media docena de factorías pesqueras repetirán hoy y mañana la estampa del lunes de la semana pasada: piquetes, máquinas paradas y cero producción a dos meses de Navidades. La reunión celebrada ayer en Madrid entre la patronal ANIE y los sindicatos CC OO, UGT y CIG terminó en otro fracaso pese a los "avances" del anterior encuentro, celebrado en la capital -el convenio de elaborados de productos del mar es de carácter estatal- el jueves y auspiciado por el Consello Galego de Relacións Laborais. "Esperábamos que hubiese novedades para trasladar a las trabajadoras en asamblea, pero no se han movido y reanudamos las protestas", concretó el responsable comarcal de CC OO-Industria, Armando Iglesias, con un tono que no compartieron las tres organizaciones sindicales, que ayer volvieron a evidenciar sus diferencias. Los paros amenazan con afectar a media docena de fábricas: Pereira (Vigo), Fandicosta (Moaña), Mascato (Salvaterra), Cabomar, Galicia Processing Seafood (ambas de Marín) y Numarsi (Pontevedra). En suma, en torno a 100 toneladas de producción y 800 empleados afectados.

El nudo en las negociaciones se enquistó, según Iglesias, en tres puntos: que los 15 minutos de pausa para el bocadillo se computen como "hora efectiva de trabajo", alcanzar en 2020 los 14.000 euros anuales de salario -las empresas ofrecen alcanzar este umbral un año más tarde- y el "coto" a las empresas de trabajo temporal (ETT). "Desde nuestra perspectiva -analizó UGT- creemos que el pacto es posible, que merece la pena reflexionar sobre los puntos que aún nos separan y realizar todas las partes los esfuerzos precisos para culminar estas negociaciones con un acuerdo satisfactorio para todos". De hecho fuentes consultadas por FARO indicaron que esta central sí estaba por la labor de sellar un pacto en Madrid. Las mismas fuentes expusieron que incluso hubo un acercamiento con la CIG para propiciar una firma con la patronal, que finalmente no se produjo. La central nacionalista utilizó un lenguaje beligerante en el comunicado remitido a los medios por la tarde, en el que arremetió contra la "intransigencia" de las empresas. "Su última propuesta no colma en absoluto las necesidades de mejora del personal", añadió. Más de 7.000 personas, casi todo mujeres, trabajan bajo el amparo de este convenio colectivo, que fija un salario base de unos 720 al mes más un plus de convenio de 142.

La propuesta de la patronal pasa por un acuerdo de cuatro años, con un aumento de salario del 5,5% en 2018 y un 2% anual hasta 2021. Sí aceptó, a petición de los sindicatos, reducir de cinco años a cuatro el tiempo necesario para que una empleada pase del grupo 1 al grupo 2, así como un plus de sierra de 50 euros mensuales "respetando las condiciones más favorables que tuvieren las empresas". "Esos 50 euros podrían ser más, pero era un avance", lamentó un delegado sindical disconforme con el devenir de las negociaciones en el ámbito sindical. Por parte de las empresas se volvió a optar por el silencio, aunque fuentes próximas a la patronal lamentaron la "actitud" de las centrales sindicales. "No había ninguna necesidad de llegar hasta aquí porque sí ha habido avances. Ahora llevan a gente a la huelga, que van a perder 150 euros de salario", expusieron. Aseguraron además que mantienen la "voluntad" de alcanzar un acuerdo pese a los jornadas de huelga previstas (de momento).

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