El Ministerio de Finanzas de China ha anunciado la imposición de aranceles al pescado procedente de Estados Unidos, medida que entrará en vigor el próximo 6 de julio. El Ejecutivo de Pekín gravará estas compras con una tasa del 25%, que afectará al salmón, la langosta, ostras, vieiras, bacalao o abadejo. El norteamericano es líder en compras mundiales de productos pesqueros, según las estadísticas de la ONU, pero también un productor al alza gracias al tirón de compañías como Red Chamber, Trident Seafoods, Tri Marine International o Bumble Bee. La industria, como ha publicado el portal Seafood Source, ya temía esta medida desde que el presidente Donald Trump elevara la presión sobre el comercio internacional con gravámenes a coches, al acero o, en el caso particular de China, a bienes con "tecnologías significativas".

"Estas tasas son esenciales para evitar nuevas transferencias injustas de tecnología estadounidense y de propiedad intelectual a China, y protegerán los empleos en Estados Unidos", dijo Trump en un comunicado. La principal asociación pesquera norteamericana (National Fisheries Institute) ya ha requerido a la Casa Blanca que negocien con Pekín para que la creciente guerra comercial no les afecte. En total China ha establecido estos aranceles para 500 productos, de los que 170 tienen la proteína marina como materia prima principal.