La Comisión Europea presentó ayer los detalles de su propuesta para el próximo presupuesto del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP), que incluye una dotación de 1.120 millones de euros para España durante el periodo entre 2021 y 2027. Esto supondrá una reducción del 6,6% respecto a los cerca de 1.200 millones que recibió de los 5.749 previstos para toda la Unión Europea en el período 2014-2020. A solo año y medio de finalizar este tramo, todavía no ha gastado ni un 10% en toda la UE, tal y como publicó FARO a finales del año pasado.

En conjunto, la Comisión plantea un recorte global de un 4%, al quedarse en 6.140 millones para este fondo estructural que busca fomentar la pesca sostenible y contribuir al desarrollo de las comunidades costeras. España, según la propuesta presentada en la sede del Parlamento Europeo (PE) en Estrasburgo, seguirá siendo la principal beneficiaria del fondo y recibirá una asignación muy superior a la de Francia (567 millones de euros), Italia (518 millones) o Polonia (512), los Estados miembros que más financiación reciben por esta vía.

"Este fondo permite a la CE y a los Estados miembros invertir en la pesca sostenible, la seguridad alimentaria, una economía marítima boyante y, por supuesto, en mares y océanos más sanos y productivos", aseguró el comisario europeo de Pesca y Asuntos Marítimos, el maltés Karmenu Vella.

Con respecto a la pesca, este fondo centrará sus inversiones en mejorar la seguridad alimentaria de los productos pesqueros y apostando por salvaguardar los estándares socioeconómicos de las comunidades costeras que se vean afectadas por las reducciones en el número de capturas impuestas por la Política Pesquera Común (PPC). Una de las principales prioridades será la economía marítima, según la CE, que apostará por el desarrollo de biotecnología marina, la producción de energía a través de los océanos y la apertura de nuevos mercados marítimos.

Acuicultura

Por otro lado, el Parlamento Europeo (PE) dio ayer luz verde a una propuesta para reforzar el sector acuícola, del que España es el primer productor de la UE. El objetivo es dar más información al consumidor y promover su producción en un contexto de reducción de las poblaciones marinas. La iniciativa aboga entre otros aspectos por una mayor trazabilidad de los productos de piscifactoría de aguas saladas y dulces, en un mercado en el que los consumidores no siempre pueden identificar la procedencia de estas especies.