El sector mejillonero gallego entra de lleno en la campaña de industria. Lo hace tras detectarse un considerable aumento de pedidos por parte de cocederos y conserveras, que a su vez se animaron al constatar que el rendimiento en vianda ha aumentado considerablemente. Después de que los cinco primeros meses del año se centraran en las ventas para el mercado de fresco (depuradoras), aunque con el condicionante derivado del cierre de bateas a causa del episodio tóxico provocado por el afloramiento de primavera, ahora es momento de centrarse en el sector industrial, que en este arranque de temporada también parece mostrar especial predilección por el molusco de tamaño pequeño.

Si todo transcurre según lo previsto, y sobre todo si las biotoxinas desaparecen por completo y es posible trabajar con normalidad durante todo el verano, esta campaña de la transformación será relativamente corta, por lo que podría quedar finiquitada en octubre, prácticamente cuando empiece a tirar de nuevo el mercado de fresco y se despliegue la campaña de Italia.

Los bateeiros explican que "el mejillón empieza a estar en carne" y que "las previsiones son buenas para todos los tamaños", si bien confirman que "ahora mismo hay una mayor demanda del pequeño", ya que la del grande suele incrementarse en julio y agosto. El sector acuicultor gallego confía en completar otro buen año, después de que en 2017 se marcaran registros casi históricos, con 267.000 toneladas vendidas por importe de 122 millones de euros que representaron incrementos de prácticamente el 12% respecto al ejercicio 2016.