Gardacostas de Galicia y Policía Autonómica han incautado de forma cautelar cerca de 100 toneladas de productos pesqueros (principalmente pulpo, distintas especies de pescado y otros moluscos) en un establecimiento de Fisterra. El motivo es que carecía de documentación que avalase su procedencia, debido a que había producto de talla ilegal y que no se cumplía con las medidas de higiene, mantenimiento y manipulación correspondientes.

Solo un día después de que un informe del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente señalase que Galicia "debe mejorar en cuanto a la transparencia" y "un descenso considerable en las inspecciones", la Consellería do Mar hizo pública estas inspecciones que se llevaron a cabo "en los últimos días".

En la empresa, además, no disponían de autorización para algunas de las actividades que se realizaban con esos productos, ya que solo está autorizado para almacenar pesca congelada y no para la compra-venta de pesca frescos, "una actividad que venía ejerciendo utilizando marcas sobre las que no se constató registro sanitario".

Las inspecciones, llevadas a cabo con profesionales de la inspección sanitaria de salud pública da Consellería de Sanidade, se encontraron con la oposición del dueño de la empresa. En un principio, se detectaron cuatro cámaras frigoríficas que carecían de numeración y de identificación y en las que se encontraba parte de la mercancía intervenida, ya que no cumplían los requisitos mínimos de salubridad, etiquetado o trazabilidad.

"Además los agentes procedieron a la inspección de otras partes del establecimiento y de su entorno y encontraron en sus pasillos cajas con aproximadamente 580 quilos de pulpo fresco", añaden desde la Consellería.

Este operativo de inspección sobre la rastreabilidad de los productos continúa en marcha.