El pleno de la Eurocámara pidió ayer reforzar el etiquetado de los productos pesqueros que se venden en la Unión Europea (UE). A algo más de 1.400 kilómetros de distancia, las conserveras celebraban al mismo tiempo una jornada sobre este mismo tema en la que pedían una flexibilización de la normativa que estipula lo que debe figurar en ellas, ya que entienden que "hay una excesiva legislación" y que "habría que sintetizarla". La polémica, pues, está servida. Sobre todo porque la decisión del Parlamento Europeo (PE) parte de un estudio de la ONG Oceana en la que mostraba que cerca de un tercio del pescado que se sirve en los restaurantes de Bruselas no se corresponde con la especie pedida por el cliente.
Los eurodiputados creen que "contar con un sistema robusto de trazabilidad de todos los productos pesqueros que se venden en restaurantes y tiendas ayudaría a prevenir los casos de etiquetado incorrecto". Sin embargo, desde la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescados y Mariscos (Anfaco) recuerdan que en los últimos estudios publicados se encontraron unas 10.000 toneladas fraudulentas en 57 países, "de los cientos de millones de toneladas de alimentos" que se producen, afirma el secretario general de la patronal, Juan Vieites.
El informe de Oceana, publicado el pasado mes de noviembre, provocó la preocupación de los eurodiputados, que opinan que un sistema más transparente aumentaría la confianza de los consumidores. En cambio, en la jornada celebrada en la sede de Anfaco se hizo hincapié en que los consumidores lo primero que ven es el precio de las conservas (el 80%) que en cualquier otra cosa. "Hay tanta legislación que es farragosa. Lo que hay que hacer es minorizarla, pero que esté clara, garantista para el consumidor y la empresa, y entendible para todo el mundo", concreta Vieites.
Desde las conserveras creen que debe haber mayor consenso, ya que la legislación es interpretativa. En este sentido, recuerdan que las empresas quieren "seguir trabajando y tener sus marcas en el mercado", por lo que "todas quieren estar en la legalidad". "El consumidor europeo puede estar tranquilo. La tranquilidad no se la dan las administraciones, lo hacen las empresas", afirma Vieites.
Por otro lado los eurodiputados también pidieron a la Comisión Europea que ponga fin a la "confusión" que causan los requisitos actuales de etiquetado que se aplica, que por ejemplo establecen que los peces capturados fuera de Galicia y en el Golfo de Cádiz sean etiquetados como procedentes de aguas portuguesas.
