-¿Ve necesario un lobby pesquero en Bruselas?

-Creo que hay que hacer una reflexión muy profunda, especialmente en el sector español, sobre cómo nos organizamos y los recursos que tenemos que dedicar. Las empresas tienen que despertar a la nueva realidad y ser muy conscientes de que esto no es gratis y hay que respaldar económicamente ese esfuerzo, que radica en uno mismo. Se acabaron los tiempos de llorar a la administración para que solucione los problemas ante Bruselas, tenemos que ir nosotros. Lo que no se puede es protestar porque llueve sino decidir si te compras un paraguas o te metes en casa.

-¿Qué pide al sector?

-Las empresas tienen que se muy proactivas en la defensa de sus intereses. Soy muy crítico con la situación económica de Cepesca y es culpa del sector y sus empresas. No podemos pregonar que somos la primera potencia pesquera y que Cepesca no sea ni de las primeras de Europa en presupuesto y capacidad de reacción. ¿Cómo se contesta una campaña de información? Con otra. ¿Cómo desplazas gente a Bruselas? Todo eso hay que pagarlo. No tenemos que reducir personal en una situación tan complicada. Y el frente conservacionista contra nosotros no va a terminar ahora y en España ni siquiera hemos empezado a sentirlo. Las empresas tienen que destinar recursos. No puede ser que el punto 1 o 2 de una reunión ccon la Secretaría del Mar sea qué subvención vamos a recibir. Una asociación para que funcione y con independencia tiene que ser autosuficiente y costeada por el sector, como Arvi.

-¿Y si no es así?

-Las empresas y los que que no quieran asumir la realidad en la que vivimos, no pueden frenar a los que sí saben lo que está pasando y quieren actuar.