El Orient Express avanza a través de la estepa y Banine es libre por primera vez en su vida. Ha huido de su patria en ruinas y de su matrimonio forzado para labrarse un nuevo y deslumbrante futuro en París. Una ciudad que invita a cortarse el pelo, a llevar faldas cortas y a mezclarse hasta altas horas de la noche con todo tipo de exiliados: aristócratas rusos, artistas españoles y demás bohemios del beau monde de los años veinte. Pero muy pronto -cuando su familia se quede sin dinero, ella tenga que trabajar como modelo para sobrevivir-, descubrirá que también la libertad acarrea sus propias complicaciones.
