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El terror de un divorcio

¿Puede haber algo más terrorífico que un proceso de divorcio sin resolver? Stephen King convierte un problema común y normal en la sociedad actual en una novela corta de terror

El escritor norteamericano Stephen King.

Ambientada en Nueva York, entre sus calles repletas de sirenas de emergencia, camiones o mercados coreanos, la historia comienza cuando el protagonista, Steve, llega a su apartamento tras un día de trabajo y encuentra una nota de su esposa indicándole que le ha abandonado y que quiere el divorcio. Steve, en un impulso dentro de la crisis matrimonial, decide también que es el momento de dejar el hábito del tabaco. El síndrome de abstinencia será el hilo conductor de esta novela pues no se sabe qué echa más de menos, si el sabor de la nicotina o volver con su mujer, en un paralelismo donde la toxicidad se nos muestra no sólo como agente externo, en forma de cigarrillo, sino también como agente interno que vive en nuestra propia psique. Tras conseguir abogado, las partes se ponen de acuerdo en quedar en un restaurante moderno de Manhattan para concretar los detalles de la disolución matrimonial. Y ahí es donde comienza la historia de terror.

La línea temporal de esta novela corta es actual, aunque a veces el protagonista mira hacia atrás y recuerda los tiempos pasados, la acción se define en presente y de forma inmediata. Los acontecimientos además le suceden a personas comunes, corrientes, con las mismas rutinas que nosotros y con los mismos problemas, lo que facilita la conexión con la historia al reconocer partes o enteros de los desarrollos.

Con el lenguaje informal al que nos tiene acostumbrados King, los diálogos y pensamientos distendidos comunican de forma directa al protagonista y al texto con el lector, quien tomará parte de las bromas e indirectas haciendo la novela entretenida, fácil de leer y comprender y por supuesto con el sello característico también del autor del uso de insultos o palabras malsonantes.

La acción terrorífica que antecede al desenlace nos deja una moraleja muy evidente en otros escritos de King pero que este caso, dada la brevedad se nos puede pasar por alto por la rapidez de los acontecimientos: no hay personaje bueno ni malo porque en la vida no hay ni buenos ni malos. Todos cometemos acciones buenas o malas y nunca somos del todo inocentes o culpables.

No podemos olvidar la labor del traductor del texto Íñigo Jáuregui quien sabe conectar perfectamente la labor de transmitir los giros y el pensamiento del autor y las ilustraciones de Javier Olivares que hacen de la edición una joyita perfecta para regalar, algo que la editorial Nórdica suele cuidar mucho.

Por último, curiosamente este pequeño cuento apareció originalmente en la Antología Dark Love de 1995 editada por Nancy A. Collins, Kramer y GreenBerg donde el denominador común son el sentimiento de lujuria y las obsesiones, hecho este último que estaría ampliamente justificado en la dualidad del tabaquismo y su esposa en nuestro caso. También tiene su referente cinematográfico en un corto protagonizado por Julie Sands, conocida por su participación en la serie “El mentalista” y Chaney Kley de “Una rubia muy legal”.

Recomendada para todos los lectores de Stephen King, a los que gusten o se inicien en el mundo del terror y sobre todo para aquellos que sean de la opinión de que un día cualquiera puede convertirse en una escena terrorífica.

Almuerzo en el café Gotham

Portada del libro

Portada del libro

Stephen King

Traducción: Íñigo Jáuregui Ilustración: Javier Olivares Nórdica Libros

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