Mujeres que corren más allá de los 50

Tres viguesas relatan las distintas realidades que las han llevado a practicar deporte a una edad tardía y los principales beneficios de recurrir a un entrenamiento especializado

Marisol Gordedo, segunda por la izquierda, y Luz María Vázquez y Mar Pereira, a la derecha, junto a sus compañeras en As Avenidas.

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Pedro Fernández

Carolina Sertal

Carolina Sertal

Del dolor tan insoportable que agarrotaba su cuerpo, llegó un día en el que no fue capaz de darse la vuelta en cama. Reconoce que se asustó bastante cuando se vio en aquella situación y necesitó que su marido le ayudara porque ella no era capaz. Aquel momento marcó un punto de inflexión y hace unos siete años decidió emprender la búsqueda de la persona más adecuada para empezar a entrenar en serio, para completar su tratamiento con ejercicio físico y, aunque no le pudiera aportar una solución definitiva, poder al menos ganar calidad de vida. Con una osteoporosis muy avanzada, artrosis y con el diagnóstico de una fibromialgia, a sus 63 años, a Marisol Gordedo se le puede ver hoy en día practicando deporte y entrenando con sus compañeras por el paseo marítimo de As Avenidas, hace poquito que ha empezado a correr y afirma que está “encantada”.

Mientras el resto de sus compañeras ejecutan en el paseo los ejercicios de calentamiento de la sesión de entrenamiento de la semana, Marisol Gordedo cuenta que “con 37 años ya tenía una osteoporosis de una persona de 64 años. Con el paso del tiempo, además de los tratamientos, me empecé a plantear que tenía que buscar otras vías porque cuando me diagnosticaron algo de fibromialgia, tenía un agarrotamiento en la espalda que casi no podía estar de pie y sentía que al caminar tenía que forzar, tenía mucho dolor y molestias, fue por eso que empecé a buscar a la persona adecuada para entrenar”. Fue ahí donde entró en escena la viguesa Naza Tilve, entrenadora especializada en prevención y readaptación de lesiones, así como en prescripción física en poblaciones especiales, como embarazadas, tercera edad o personas con patologías específicas, y entrenadora desde hace siete años de Marisol, quien comenta que, “a raíz de todos los ejercicios que hacemos he ganado mucha calidad de vida. A mí me decían que no corriera, que no saltara, pero es que yo he dejado de tomar calmantes gracias al ejercicio físico. Digan lo que digan, a mí el deporte me ha dado mucha calidad de vida”.

El grupo de entrenamiento junto a su entrenadora Naza Tilve, en el centro.

El grupo de entrenamiento junto a su entrenadora Naza Tilve, en el centro. / Alba Villar

A la carrera, Marisol Gordedo se ha echado hace poco y señala que “siempre tuve mucho miedo, por si me caía, pero estoy empezando poco a poco y me viene bien para el metabolismo. Tengo que quitarme ese miedo, porque el resto de ejercicios que hacemos me han ayudado mucho y estoy muy agradecida”, indica.

Esta alumna de Naza Tilve vuelve al grupo que está realizando abdominales hipopresivos al aire libre para continuar con el entrenamiento y ahora es Mar Pereira quien toma la palabra. Con 50 años recién cumplidos, Mar cuenta que jamás se habría imaginado practicando crossfit o corriendo un trail atravesando los montes de Bueu, pero fue su marido el que la animó a apuntarse a las sesiones de ejercicios de alta intensidad.

Tanto insistió, que al final Mar decidió probar y ahora confiesa que está “enganchada”: “Voy a crossfit tres días a la semana y como son ejercicios de mucho impacto, con saltos al cajón y sentadillas con pesos, me di cuenta de que tenía que cuidar el suelo pélvico, porque nadie piensa en esta musculatura, pero está ahí y pensé que me vendría bien para evitar en el futuro pérdidas de orina”, relata Mar. Es por esto que se sumó al equipo de Naza y lleva ya casi un año entrenando.

Ejercicios de calentamiento durante la sesión de entrenamiento al aire libre.

Ejercicios de calentamiento durante la sesión de entrenamiento al aire libre. / Alba Villar

Mar Pereira es consciente de que ha empezado a hacer deporte a “una edad tardía”, pero afirma que “nunca antes había corrido y ahora me estoy apuntando a carerras e incluso haciendo trail. El otro día participé en uno de Bueu de 15 kilómetros, es algo que nunca habría imaginado, y aunque estuve una semana para recuperarme fue muy bien”, comenta entre risas. Cuando se le pregunta a Mar Pereira si piensa continuar corriendo, asegura que “hasta lo que el cuerpo dé. No estoy preparada para hacer media maratón, pero sí para cinco o diez kilómetros y algún trail”.

En el grupo de entrenamiento de Marisol Gordedo y Mar Pereira también se encuentra otra mujer que supera los 50 años y que ha descubierto hace no mucho las sensaciones del cuerpo en carrera. Luz María Vázquez lleva 13 años recurriendo a los abdominales hipopresivos para fortalecer su suelo pélvico, ya que tras dos partos, ambos con episiotomía, su musculatura acabó muy debilitada. Sin embargo, lo de las carreras es nuevo para ella y confiesa que fue “como que se abriera una ventana de posibilidades”.

Luz María Vázquez tiene en la actualidad 54 años y hace tan solo dos que empezó a correr. En este sentido, esta viguesa menciona que, “tras los partos, en vez de retomar pilates decidí buscar otra cosa y lo primero para mí fue la gimnasia hipopresiva, recuperé el tono del suelo pélvico fenomenal y eso me permitió volver a entrenar fuerza, por ejemplo. Correr no era algo que me gustara, pero con Naza, combinando hipopresivos y fuerza, tener la posibilidad de salir a correr para mí fue como una ventana que se abre, porque nunca lo había hecho, es muy satisfactorio y puedes practicar al aire libre”. Luz María Vázquez concluye antes de continuar con el entrenamiento semanal diciendo que “no debemos renunciar a hacer deporte tras haber dado a luz, por miedo a pérdidas, hay muchas opciones y se puede. Aquí sigo yo con 54 años y aquí pienso seguir”.

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