El Vigo que no come carne: de alta cocina a comida rápida

Los negocios vegetarianos y veganos de la ciudad proliferaron en la última década: ya rondan la decena

El “green deal” del veganismo triunfa en Vigo

Alba Villar

Abandonar el consumo de productos de procedencia animal y establecer una dieta a base de vegetales es un modo de vida que cada vez tiene más adeptos. Síntoma de ello es la proliferación de negocios que sirven comida vegana o vegetariana en la ciudad.

Si bien hace una década apenas existía el histórico Gálgala de la calle Pracer –cerrado en 2020 por la jubilación de sus propietarias–, ahora funcionan cerca de diez restaurantes, además de algunos negocios que sirven meriendas y desayunos.

Albert en
Veggie Burger.
  // Alba Villar

El equipo de cocina de Centeno, en Vialia / Alba Villar

Dejar de consumir carne es una decisión personal, a veces política, por conciencia medioambiental o simplemente por compasión hacia otros mamíferos. Para este colectivo salir a comer fuera no siempre fue fácil, pero la hostelería cada vez ofrece más opciones verdes.

La dietista y nutricionista de la Clínica Arca, María Guzmán, señala que tanto la dieta vegetariana como la vegana pueden ser igual de saludables que una estándar. “Sin embargo, es recomendable que sea seguida por un profesional porque en ocasiones puede ser difícil llegar a los requerimientos nutricionales”, añade. Guzmán indica que, sobre todo, hay que vigilar el hierro. Explica que el hierro animal se absorbe mejor que el vegetal, pero que con un buen control se puede llegar a alcanzar los mismos niveles.

"Creemos que como sociedad tenderemos a comer cada vez menos carne"

Además, advierte que son importantes los suplementos: “En una dieta vegana sin lugar a dudas hay que complementar con vitamina B-12 y vitamina D, porque solo se pueden obtener a través del queso, el huevo, el pescado graso y un poco de los champiñones (que sería lo único que podrían tomar)”, explica.

Cuestión de principios

Algunos negocios hosteleros de Vigo no ofrecen platos sin carne únicamente por hacer negocio, sino que muchos tiene una filosofía de comercio de proximidad incorporada.

Es el caso de O Fento, en Navia, y de Centeno, en Vialia.

En el primero, un establecimiento totalmente vegano, su propietaria Belén explica que no quieren ofrecer nada procesado; buscan que cada ingrediente sea un producto de cercanía, de huertas o pequeñas empresas de la zona que saben cómo trabajan. Por ejemplo, rechazan el uso de “carnes” vegetales preparadas como el seitán o la heura, prefieren elaborarlo todo ellos, desde su cocina.

Belén (en el centro), propietaria de O Fento, junto a su cocinera y su camarero

Belén (en el centro), propietaria de O Fento, junto a su cocinera y su camarero / Alba Villar

Otro punto que les caracteriza es el uso de ingredientes de temporada. Con la llegada de la primavera tienen pensado empezar a colocar flores comestibles en sus platos.

En Centeno, la nueva propuesta del chef autodidacta Rafa Centeno, artífice del Maruja Limón, también creen en una dieta “de la huerta a la mesa”.

Desde su cocina, en la que elaboran sobre todo platos vegetarianos, explican que “la filosofía de base es el producto gallego, el kilómetro 0, lo sostenible y apostar por la cocina natural, sin procesados ni congelados”. Lo que sirven está hecho con materia prima que les llegó por la mañana. “Queremos hacer alarde de la huerta que hay en Galicia”, añaden.

Aunque en su carta se pueden encontrar un par de platos con carne o pescado, la mayoría son propuestas verdes: “Creemos que como sociedad evolucionaremos hacia ahí, hacia comer cada vez menos carne”, explica.

Lo vegetariano y lo vegano puede oscilar perfectamente entre la alta cocina y la comida rápida. En el caso de Veggie Burger, en la calle Elduayen, optaron por dedicarse a vender hamburguesas veganas, perritos calientes y otros platos que habitualmente llevan carne.

Su responsable, Albert López, indica que gozan de una clientela fiel, formada sobre todo por vegetarianos o veganos y no tanto –como si ocurre en otros sitios– de personas que van a probar.

El equipo de cocina
de Centeno, en Vialia.
  // Alba Villar

Albert, en Veggie Burger / Alba Villar

Cada vez vemos más gente interesada en cuidar el planeta, aumentaron en los últimos años, especialmente los jóvenes”, apunta.

Según indica el cocinero, una vez que empiezas a llevar una dieta vegetariana, “te sientes más ligero, realmente lo llegas a notar mentalmente. Una vez que te pones, solo es cuestión de ir poco a poco hasta eliminar la carne”.

Vienen y van

Este tipo de negocios no son algo nuevo en la ciudad, pero sí la cantidad que hay a día de hoy. El primero fue el antes mencionado Gálgala, que abrió sus puertas a principios de los 90. En su momento fue una propuesta atrevida pero nunca les faltó su fiel clientela.

De cerca le sigue Cúrcuma, en la calle Brasil, que estará cerrado por vacaciones hasta el próximo 2 de abril. Llevan cerca de 25 reinventándose y creando nuevos plato vegetarianos.

Otros como Verde Mostaza, una hamburguesería diferente, o Bambú, exclusivamente vegano, llevan también un par de años manteniéndose a flote. Además, recientemente surgieron propuestas como Terrae en Vázquez Varela, donde además de vender productos ecológicos, ofrecen meriendas y desayunos veganos.

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