O Chioleiro usó una maleta que había en la pensión de Fragoso para ocultar el cadáver

Ni una semana transcurrió desde el hallazgo del cadáver de una mujer en el interior de una maleta abandonada en la calle Espedrigada de Vigo hasta que el supuesto autor de los hechos fue detenido, tras intentar escapar, en la estación de autobuses de Pontevedra. José Manuel Durán, O Chioleiro, lleva en prisión desde el pasado viernes 1 marzo. Con el presunto homicida ya entre rejas, la Policía Nacional trabaja ahora para establecer la secuencia de los hechos que derivaron en el asesinato. El mismo día en que procedieron al arresto del sospechoso, solo horas después se recibieron los resultados de las pruebas científicas de identificación confirmaron que la víctima era María del Carmen Bento Domínguez, la misma mujer con la que O Chioleiro compartió habitación en el piso de alquiler de habitaciones de Fragoso 83, a escasos 300 metros de donde se localizó la maleta.

Es precisamente esta valija la que centra también la investigación de los agentes. Las pesquisas indican que Durán González la cogió de la propia pensión donde residía con la víctima. No era de él, sino que pertenecería a otro huésped. La presencia de sangre en el domicilio, tanto en el colchón con en otro lugares del dormitorio, sitúan el asesinato en dicho piso, a donde el 28 de septiembre, cinco meses atrás, llegó a ir la Policía Local tras quejas por el mal olor.

La víctima del crimen de la maleta tenía 60 años y había sufrido violencia machista por parte de dos parejas

El hedor que desprendía la vivienda se prolongó, según recuerdan los vecinos, durante tres semanas. Sería entonces cuando O Chioleiro hizo uso de la maleta que encontró en la pensión para introducir el cuerpo de María del Carmen, quien recibió una puñalada mortal en el corazón, en la maleta y abandonarlo en un solar con maleza de calle Espedrigada.

El papel de los vecinos, o más concretamente, su recuerdo de este olor a putrefacción, fue clave para la resolución del caso. Y es que tras el hallazgo de la víctima y la determinación de que llevaría muerta entre seis y ocho meses, levantó la sospecha de estos residentes, que dieron alerta a la Policía. Así acabaron los agentes comprobando que el inquilino que por esas fechas había arrendado una de las habitaciones de ese piso junto a una mujer de la que nada supieron desde entonces era José Manuel Durán, condenado previamente por dos asesinados y el cual había salido de la cárcel tan solo un año antes.

Se desconoce todavía la relación que ambos mantenían, ya que según pudo saber este periódico, se presentaron en la pensión como hermanos. Por el momento no se ha acreditado ningún vínculo sentimental, por lo que el caso no se está tratando como de violencia de género.

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