El monte de Teis, un ejemplo de cómo el uso común fomenta la democratización

Marta Nieto, de la Universidad de Lisboa, analiza cómo la regeneración del espacio natural impulsó la participación y dio lugar a ciudadanos cuidadores de su bosque y de la comunidad

Una excursión por el monte comunal organizada para estudiantes.

Una excursión por el monte comunal organizada para estudiantes. / Cedida

Sandra Penelas

Sandra Penelas

La construcción de la autopista a mediados de los noventa despertó la conciencia social del barrio de Teis sobre su bosque. El pequeño monte periurbano de A Madroa, abandonado e infestado de acacias, recuperó el carácter comunitario que ya había tenido antes de la expropiación y el intervencionismo forestal y comenzó a transformarse con especies autóctonas y a enfocarse hacia la educación ambiental, la conservación y los fines sociales. Marta Nieto, investigadora del Centro de Investigación en Sociología Económica y de las Organizaciones (Socius) de la Universidad de Lisboa, analiza este caso de comunalización que surge de la lucha ciudadana con las administraciones y que ha contribuido a fomentar una democracia más participativa, además de generar, a través de las relaciones afectivas con este espacio natural, vecinos cuidadores de su monte y de su comunidad.

“Nos limitamos a votar cada cuatro años y cada vez estamos más desvinculados de la práctica real de la democracia, que es la participación. Pero el monte vecinal implica un proceso de toma de decisiones, el contacto con los agentes a nivel local y regional y la oportunidad de decidir cómo queremos que esté el espacio en el que vivimos. Y, además, todo este proceso de recuperación del bosque y de las relaciones afectivas creadas durante generaciones, el sentirse parte de él, ¡hace que los ciudadanos empiecen a tener otra visión de su responsabilidad hacia ese espacio natural y hacia su comunidad. Y el caso de Teis es bastante excepcional en este sentido”, destaca.

La investigadora Marta Nieto Romero.

La investigadora Marta Nieto Romero. / Cedida

La historia de A Madroa, que Nieto relata en un artículo científico publicado este mismo año, forma parte del proyecto de doctorado que inició en 2016 en Aveiro con una prestigiosa beca Marie Curie. “El foco eran los baldíos o montes vecinales de Portugal, pero decidí incluir también dos casos en Galicia, Teis y O Carballo, en Friol, por la historia de lucha de los montes vecinales en la comunidad, que ha dado lugar a una organización mucho más fuerte y reivindicativa. Y ambos casos, aunque diferentes, son ejemplos de estos procesos de democracia y participación muchos más vivos”, apunta.

Además de recurrir a las informaciones publicadas en prensa, la investigadora se desplazó a Vigo para entrevistarse con los responsables de la comunidad de montes, los vecinos y otras personas o colectivos implicados. “Hice una línea del tiempo para reconstruir todo el proceso, con los principales hitos, y un mapa con los actores que lo habían impulsado u obstaculizado y a los que también entrevisté como la Asociación Vecinal, el Plan Comunitario o los estudiantes. Intenté hablar con el Concello por varias vías pero nunca me respondieron. Y para tener una visión más objetiva trabajé con los artículos y contacté con el investigador Miguel Martínez, que es un experto en movimientos sociales”, detalla sobre un trabajo de campo realizado durante dos años.

Actividad educativa en el monte de A Madroa.

Actividad educativa en el monte de A Madroa. / Cedida

Tal y como subraya en su artículo, el caso de Teis, cuya lucha por recuperar el bosque se relaciona con otras movilizaciones ciudadanas “más amplias e históricas”, ratifica la importancia de los montes vecinales como espacios para fomentar “formas de democracia alternativas, ampliadas, más directas y ecológicas”.

La lucha de los vecinos por recuperar y regenerar su bosque “fue mucho más allá de una reclamación de derechos” y además acabaron convirtiéndose en “ciudadanos del cuidado” cuando descubrieron que las “relaciones socionaturales” con su bosque “formaban parte de su identidad y cultura”.

“Hay estudios de este tipo en otros países europeos o en comunidades de subsistencia indígenas que entienden que son parte de la naturaleza y que hay una interdependencia entre todos los elementos. Y a mí me llamó la atención cómo los comuneros de Teis también decían sentirse parte del bosque. Y esto es lo que hace que quieran recuperar especies nativas e involucrar a asociaciones ecologistas o de personas con problemas de drogadicción”, destaca Nieto, natural de Madrid pero con orígenes gallegos pues sus abuelos son de Ourense.

De esta forma, el pequeño monte periurbano de 50 hectáreas se convierte en un espacio para la educación, la inclusión social e incluso dar un sentido a la vida. “Lo vi muy claro en la gente que pude conocer. Habitualmente, nos enfocamos solo en la gestión y los aspectos más técnicos, pero nos olvidamos de la importancia de las relaciones afectivas. Conocí a un exdrogodependiente que iba a trabajar todos los días de forma voluntaria. Y uno de los comuneros que trabajaba en una multinacional en condiciones bastante duras me contaba que sentía que pertenecía al monte y que eso le hacía sentir que hacía algo en su vida. Obviamente, no digo que haya que volver al pasado, pero llevar a cabo acciones ambientales o de voluntariado como en Teis ayuda a mantener ese vínculo”, defiende.

Un cuento inspirado en la lucha de los vecinos de Teis para concienciar a la infancia

La historia del monte vecinal de Teis también ha inspirado un cuento infantil. Marta Nieto y varios compañeros de doctorado centrados en estudios sobre sostenibilidad escribieron el libro de cuentos “Once upon the future”, editado por Babidibú, para concienciar a los más pequeños sobre la conservación ambiental y la sostenibilidad. Gracias al crowfunding lograron publicarlo en inglés pero no encontraron financiación para traducirlo al español como querían.

El relato de Nieto está protagonizado por Brunaia, una niña de una zona periurbana muy parecida a Teis: “Se encuentra perdida y sola, pero hace un viaje por el monte y descubre su valor. Me inspiré en Teis para hablar de las conexiones entre el ser humano y la naturaleza y también para poner en valor el monte como lugar de encuentro y sentido de la vida. No solo es algo económico o material, sino un lugar del que sentirte parte y para encontrarte con la comunidad”.

Marta Nieto y el resto de investigadores que escribieron el libro de cuentos.

Marta Nieto y el resto de investigadores que escribieron el libro de cuentos. / Cedida

Como parte de su doctorado también llevó a cabo un mapa afectivo sobre un tercer caso de monte comunal en Portugal, el de Ansiães, Amarante, y un documental sobre los vecinos de la zona y las prácticas que se llevaban a cabo, Lo proyectó en la comunidad y generó un debate sobre el papel actual del monte y la importancia de recuperar la relaciones afectivas. Dentro del centro Socius, Nieto está enfocada en la relación entre la gestión de los recursos naturales, la justicia social y la democracia.

Actualmente trabaja sobre temas relacionados con la gestión colectiva del agua y, junto con la fundación española Entretantos, está diseñando un proyecto europeo con socias de otras países para reflexionar y organizar actividades que evidencien la ausencia de mujeres en las juntas directivas comunales y en otros órganos de poder, además de visibilizar la labor que desarrollan en ámbitos no monetarios como la defensa ambiental, los cuidados o la comunidad.

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