Uno de cada diez médicos colegiados en la provincia tiene más de sesenta y cinco años

Su presidente demanda que la edad de jubilación voluntaria suba a los 72 años en el sistema público y crezca el número de plazas MIR

Las mujeres son ya mayoría en el colectivo pontevedrés, con el 55% de sus miembros

Una operación en el Álvaro Cunqueiro.

Una operación en el Álvaro Cunqueiro. / A. Blasco

El Colegio Oficial de Médicos de Pontevedra (COMP) tiene algo más de cinco mil colegiados. En concreto, 5.092. Y 455 superan los 65 años. Es decir, el 9%. Casi uno de cada diez. Su presidente, el doctor Isidro Lago Barreiro, lo atribuye a dos motivos principales. Por un lado, el aumento de la esperanza de vida. “Es un factor determinante”, apunta y continúa: “Pero también hace unos años había una eclosión de nuevos médicos que ahora no es tan grande”. “Estamos perdiendo masa en las bases”, concluye.

La institución provincial celebra mañana su acto de homenaje al médico jubilado, aquel que ha cumplido los 70 años, que es la edad límite para ejercer en el sistema público –a no ser que la Xunta lo reconozca como emérito–. Cada año son más. En esta edición también baten récord. Son 97 colegiados los que alcanzan las siete décadas. Otra veintena ha fallecido en este último año.

“Es una cifra más que significativa”, destaca el doctor Lago. Fueron el triple las inscripciones de nuevos médicos en el último año –317–. Sostiene que, sin embargo, no son comparables. “Las nuevas altas son de médicos que inician el MIR [especialización Médico Interno Residente], pero no se quedan todos”, subraya.

¿Qué solución proponen desde el COMP ante esta situación? “Yo no perdería esa masa tan grande de profesionales que están altamente cualificados, porque pueden servir para muchas tareas”, sostiene el presidente del colectivo y recuerda que el Consello Galego de Colexios Médicos ya ha defendido la prolongación de la edad voluntaria de jubilación hasta los 72 años. Plantea que puedan servir para “cubrir déficits del sistema”, como ya ayudaron durante la pandemia.

“La prolongación de esta edad tiene que ser una normativa a nivel estatal”, apostilla y confía que, en poco tiempo, se aborde en el Consejo Interterritorial de Sanidad. A partir de los 70 años no pueden continuar trabajando en la pública, pero no son pocos los que lo hacen en el privada.

“Mientras tenga salud, seguiré. Ejercí siempre con mucha intensidad”

Dionisio Alonso - Otorrino

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¿Y cómo ensanchar la base? “No hacen falta más médicos, hay de sobra”, asegura y añade: “Hay 8.000 que no pueden trabajar”. Se refiere a los que no consiguen plaza en el reparto de las MIR. Con la elevada nota de corte de esta carrera y la reconocida formación de las universidades españolas, sostiene que todo el que aprueba el grado está preparado para hacer una especialidad. Por ejemplo, una deficitaria, como Familia.

Los que cumplen 70 años en 2023 son los que contribuyeron a construir el sistema del que disfrutamos hoy. Como la pediatra Mercedes Espinosa, que integraba el equipo que puso en marcha el centro de salud de Sárdoma. Ayer se cumplían exactamente 36 años de este día en el que, con el arranque de este dispositivo y los de Calle Cuba –que se llamaba Vigo Centro– y Teis, echaba a andar la Atención Primaria en la ciudad.

“Con mucha pena lo dejé a los 65 porque deterioraron mucho Primaria”

Mercedes Espinosa - Pediatra

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Venían a sustituir a los ambulatorios –en los que ella había empezado– y supusieron “un cambio muy grande”, con el trabajo en equipo de los profesionales, elaborando protocolos comunes; con las parejas de Medicina y Enfermería, que llevan de forma conjunta a los pacientes; con la llegada de la historia clínica; con la posibilidad de ofrece una “atención continuada a la persona y a la familia”; con la introducción de la prevención y la promoción de la salud. .. Como pediatra, recuerda cuando introdujeron las revisiones del niño sano y cuando subieron la edad pediátrica de 7 a 14 años. “Al principio no nos los querían pagar porque decían que no los teníamos que hacer”, recuerda. Ahora lamenta que esa Primaria que “mejoró tanto”, se haya “deteriorado muchísimo”. “La están desmantelando”, sostiene.

Dionisio Alonso fue en 1977 el primer residente de Otorrinolaringología de la residencia Almirante Vierna –como se llamaba el Xeral, hasta que el Gobierno de Felipe González le cambió el nombre en 1982–. Recuerda que dos años antes habían empezado a llegar las especialidades al hospital y su servicio fue dotado como uno de los mejores de España. Así, fueron pioneros en varias técnicas, como los implantes cocleares o los potenciales evocados auditivos. Pasó por el Xeral, Coia, el Meixoeiro, A Doblada y el Cunqueiro. Ahora sigue trabajando en su consulta privada. ¿Hasta cuándo? “Mientras tenga salud”, responde.

“Sigo pasando alguna consulta por 'hobby'; me lo pidieron pacientes”

Manuel Varela - Uroandrólogo

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El uroandrólogo Manuel Varela sostiene que cuando empezó, en 1982, la Sanidad era “más cercana, más empática, dedicaba más tiempo al paciente, había más humanidad”. Él fue el único de su servicio, en el Hospital de Pontevedra, que se decantó por la medicina sexual en Urología. “Me costó mucho iniciarlo”, recuerda y señala que lo logró porque un ginecólogo le cedió tiempo de su consulta. Ahora está como “hobby” en la privada porque se lo han pedido pacientes. “Hay pocos especialistas en esto”, indica.

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